Seattle. (DPA) En el futuro, el cofundador de Microsoft, y durante mucho tiempo hombre más rico del mundo se quiere dedicar sobre todo a fines benéficos. Sus principales esfuerzos se centrarán en la fundación creada junto con su mujer Melinda.
La Bill & Melinda Gates Foundation , con sede en Seattle y que vio la luz en su forma actual en el año 2000, es la fundación más rica del mundo, con un patrimonio estimado en $37.300 millones. Su capital supera incluso los ingresos nacionales brutos de muchos países del mundo. Desde 1994, Bill y Melinda Gates se implican principalmente en la lucha contra enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis.
La fundación, con sus más de 500 colaboradores, persigue tres proyectos principales: iniciativas sanitarias mundiales, ayudas al desarrollo en todo el mundo, así como un programa estadounidense para el fomento, entre otras, de instituciones educativas.
A esas metas pertenece también el poner a disposición de todas las clases sociales bibliotecas públicas o nuevas tecnologías. Según sus propios datos, la fundación ha invertido más de $16 millones en los respectivos programas desde su creación.
La fundación recibió hace poco la posiblemente mayor inyección de fondos del banquero de inversiones norteamericano Warren Buffett. Este mánager, que ha subido al primer puesto en la lista de hombres más ricos del mundo con una fortuna privada valorada en $62.000 millones, según la revista Forbes, es también albacea de la fundación. Buffett quiere destinar en el futuro el 85% de su patrimonio a fundaciones benéficas. La organización de Bill y Melinda Gates recibirá la mayor parte, repartida en varios años.
Para que el dinero de la fundación se reparta más rápido y eficientemente, Gates ha limitado su duración: 50 después de la muerte de Bill y Melinda Gates la fundación se disolverá. A eso se añade la separación organizativa de la administración del capital a finales de 2006 de la extensión de ayudas y la propia fundación, para evitar posibles conflictos de intereses. Desde entonces, el trust de la fundación Bill & Melinda Gates administra la fortuna, mientras que la extensión de ayudas sigue en manos de la fundación.
Esta disociación, por otro lado nada extraña, entre la administración del capital y el trabajo efectivo de la fundación, ha llamado la atención, sin embargo, de algunos críticos. Por ejemplo, el trust invierte tanto en empresas como en grandes farmacéuticas. Esa política del trust iría en contra de los objetivos de la fundación, como es, por ejemplo, abastecer ampliamente de medicamentos a los habitantes de países pobres a precios asequibles.
El capital se obtiene también de consorcios petroleros activos en todo el mundo, como Exxon Mobile o Total de Francia, a los que se acusa de destruir el medio ambiente en μfrica a través de la quema de enormes campos petrolíferos.
En Estados Unidos, grupos contrarios al aborto como ‘Prolife’ critican a la fundación de Gates por haber financiado iniciativas de educación sexual como ‘Planned Parenthood’ (planificación familiar), que promociona el uso de anticonceptivos.