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Un estudio de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) señala que los humanos tienen dificultades para interpretar las emociones de sus perros y, en muchos casos, las malinterpretan.
La investigación sugiere que las personas basan su percepción en el contexto de la situación en lugar de observar el comportamiento real del animal.
La proyección humana y el error en la interpretación
Uno de los factores que influyen en este problema es la antropomorfización, es decir, la tendencia de los humanos a proyectar sus propias emociones en los animales.
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Los investigadores Holly Molinaro y Clive Wynne, autores del estudio publicado en la revista Anthrozoos, llevaron a cabo dos experimentos para analizar cómo las personas perciben las emociones de los perros.
En el primer experimento, 383 personas observaron videos de perros en situaciones consideradas como positivas (recibir una golosina o una correa) y negativas (un castigo leve o la presencia de una aspiradora).
En el segundo experimento, 485 participantes vieron las mismas imágenes, pero editadas para modificar el contexto. Un perro que originalmente estaba en una situación feliz parecía estar en una infeliz y viceversa.
Los humanos juzgan el contexto, no al perro
Los resultados mostraron que las personas no prestaron atención a la expresión del perro, sino a lo que ocurría alrededor. Por ejemplo, si el animal aparecía junto a una aspiradora, los participantes asumían que estaba incómodo o estresado, pero si la imagen era la misma y el perro veía una correa, lo interpretaban como un estado de felicidad.
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Según Molinaro, esto demuestra que los humanos no basan su percepción en las señales emocionales reales del perro, sino en sus propias suposiciones.
Esto puede afectar la manera en que las personas responden a las necesidades emocionales de sus mascotas.
Cómo entender mejor a los perros
Para mejorar la comunicación con los perros, los expertos recomiendan ser conscientes de estos sesgos y evitar interpretar sus emociones como si fueran humanas.
En lugar de centrarse en el contexto, es importante observar el lenguaje corporal del animal, su postura, movimientos y expresiones faciales.
Molinaro señala que cada perro es único y sus expresiones pueden variar. Comprender sus señales auténticas ayuda a fortalecer el vínculo con la mascota y mejora su bienestar.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de una agencia de noticias y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
