
Los gimnasios y demás centros de acondicionamiento físico deberán tener en dos años a todos sus instructores con títulos que certifiquen sus conocimientos.
Así lo establece el “Manual de normas para la habilitación de centros de acondicionamiento físico”, que contiene una serie de parámetros para garantizar la calidad de esos servicios.
El manual se estableció por decreto ejecutivo y rige desde el 24 de enero, tras su publicación en el diario oficial La Gaceta.
La normativa debe cumplirla todo local que ofrezca servicios relacionados con entrenamiento en planes y programas de ejercicios individuales y colectivos.
Los establecimientos tienen cuatro años para cumplir cada aspecto de la reglamentación, como mejoras en su planta física.
En el caso de los instructores, el plazo para tener a todo su personal certificado es de dos años.
Los centros deben contar con un director de todos los programas de ejercicios ofrecidos al público.
Ese director deberá tener un título universitario en carreras como Ciencias del Deporte.
Para sus instructores, será suficiente con que cursen un programas certificado por el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder).
“El objetivo es garantizar la idoneidad del personal que dirige las clases de acondicionamiento físico”, manifestó Allan Mosquero, representante del Icoder en la comisión que redactó las normas.
Fiscalización. El Icoder deberá revisar los programas y cursos que ofrecen centros privados y cadenas de gimnasios para darles su visto bueno.
“Las instituciones que actualmente se encarguen o quieran asumir la formación de instructores tienen dos años para obtener el reconocimiento del Icoder”, agregó Mosquero.
Actualmente un equipo de ese instituto revisa los parámetros mínimos que solicitará a cada centro de formación de instructores.
En el caso de quienes hagan estudios en el extranjero, Mosquero señaló que deberán cumplir con el procedimiento que establece el Ministerio de Relaciones Exteriores para la convalidación de títulos.
Más requisitos. El reglamento también exige ventilación para que entre el aire a las salas de ejercicio y fija un espacio mínimo entre cada máquina del gimnasio.
Además, exige un mayor rigor en la evaluación física y médica de cada cliente para un adecuado programa de ejercicios.
El Ministerio de Salud depura actualmente su lista de gimnasios con permiso de funcionamiento para informarles de los cambios.
Hay un registro de unos 350 lugares, pero esta cifra representa apenas un 70% del total de lugares que funcionan en el país.