
El INBioparque remodeló su sala dedicada a las hormigas, unos milenarios insectos que nos enseñan cómo el trabajo en equipo puede llevar al éxito a los individuos de las especies más pequeñas que pueblan la Tierra.
Ahora, estos artrópodos pueden ser observados por los visitantes en un mayor contacto con su ambiente natural, sin vidrios de por medio.
Además, en esta "estación viva" del INBioparque se implementó un nuevo sistema de audio que permite también a las personas con deficiencias visuales aprender sobre la vida y organización de las hormigas balas y las hormigas zompopas.
Estas mejoras y su mantenimiento durante al menos un año se lograron gracias a un convenio con el Banco de Costa Rica (BCR), la entidad financiera con la que trabaja el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio).
Los visitantes ahora pueden ver cómo las hormigas se movilizan hacia el exterior e interactúan con su ambiente.
En unas jaulas que les impiden escapar, gracias al agua o al cedazo, estos insectos consiguen hojas y flores que se convertirán en su comida (en el caso de las hormigas balas) o en sus aliadas para el cultivo del hongo con el que se alimentan (para las zompopas).
Según explicó Alejandro Morales, encargado de cuidarlas, en el INBioparque esperan que esta ampliación permita que las hormigas se reproduzcan más y también aumente la vida de la colonia.
Las más grandes. Las balas son las hormigas más grandes de Centroamérica.
Su nombre lo ganaron por la dolorosa picadura que infligen, tanto con sus tenazas como con su aguijón.
El hormiguero de las balas en el INBioparque tiene unos 450 individuos. Casi todas esas hormigas son hembras obreras o soldados. Solo existe una reina, la cual pone los huevos para mantener la población constante.
Esta especie se alimenta "ordeñando" el néctar de las flores y algunas plantas, que llevan en sus mandíbulas a la colonia, y así también alimentan las larvas.
Las hormigas balas también cazan algunos insectos.
Miles. Por su parte, un hormiguero de zompopas puede tener unos 5.000 individuos y llegar hasta unos 7 metros bajo la superficie.
Estos insectos cortan hojas y tallos para alimentar un hongo que está en su hormiguero.
Las zompopas se alimentan exclusivamente de las secreciones de este hongo.
A diferencia de la reina bala, la hormiga reina de las zompopas es unas cuatro veces más grande que una hormiga soldado.
Ella es la que decide qué se recolecta para alimentar el hongo.
El papel de los poquísimos machos en ambas especies consiste en fecundar por una única vez a una nueva hembra con capacidad para salir del nido.