
Un fósil inédito de una cría de dinosaurio con armadura permitió a científicos aclarar una incógnita que persistía desde hace más de dos décadas. El hallazgo ocurrió en el noreste de China y el estudio se divulgó en octubre en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology.
Los restos fósiles, descubiertos en 2001, generaron debate durante años. Los investigadores creían que correspondían a dinosaurios adultos en miniatura, de unos 40 centímetros de longitud, dotados de una aparente armadura ósea.
El nuevo análisis reveló que, en realidad, se trataba de crías de anquilosaurio, una especie de dinosaurio acorazado que en la adultez podía superar los tres metros de largo.
Los fósiles pertenecen a la especie Liaoningosaurus paradoxus. Aunque se describieron por primera vez en 2001, su identificación como anquilosaurios juveniles ocurrió más de veinte años después, gracias a técnicas de análisis más detalladas.
El principal obstáculo para la identificación fue el tamaño similar de todos los ejemplares hallados. Además, los restos aparecieron muy cerca unos de otros. Estas condiciones reforzaron la hipótesis de que se trataba de adultos pequeños y no de crías.
Ante esta limitación, los paleontólogos descartaron el tamaño como criterio de edad. El equipo optó por analizar el tejido óseo de dos fósiles de Liaoningosaurus. Uno correspondía al ejemplar más grande conocido. El otro figuraba entre los más pequeños.
El tejido óseo funciona de manera similar a los anillos de crecimiento de los árboles. Las líneas internas permiten estimar la edad y la velocidad de desarrollo. En este caso, los científicos no detectaron líneas de crecimiento en ninguno de los dos especímenes, lo que indicó que ambos tenían menos de un año de vida.
La investigación avanzó con un análisis aún más minucioso. La microestructura ósea del fósil más pequeño mostró características propias de animales en etapas muy tempranas de desarrollo. Entre ellas destacó la línea de eclosión, una estructura circular que se forma en el hueso al momento en que el animal sale del huevo.
Esta evidencia permitió concluir que el anquilosaurio murió poco después de nacer. El dato resultó clave para confirmar que los fósiles no pertenecían a adultos diminutos, sino a crías.
Un hallazgo excepcional del Cretácico
Los primeros ejemplares de Liaoningosaurus se localizaron en la provincia de Liaoning, en el noreste de China. Los fósiles datan del período Cretácico, entre 145 y 66 millones de años atrás.
Las condiciones de preservación fueron excepcionales. Los animales quedaron en el fondo de lagos poco profundos. La actividad volcánica selló los restos bajo capas sucesivas de ceniza, lo que favoreció la fosilización detallada.
La ausencia de fósiles adultos de Liaoningosaurus limita el conocimiento sobre la especie en etapas posteriores de la vida. Aun así, los científicos subrayaron que los ejemplares jóvenes aportan información clave.
Los fósiles juveniles de anquilosaurios son extremadamente raros. En la mayoría de los casos, las crías conocidas no presentan la armadura ósea característica de los adultos. Esta situación llevó a plantear que la protección se desarrollaba más tarde.
El Liaoningosaurus contradijo esa idea. Los restos juveniles mostraron que algún grado de armadura ya existía desde los primeros momentos de vida, lo que sugiere que esta defensa surgía muy temprano durante el crecimiento.
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