
Un lince-ibérico blanco, apodado por los habitantes como el fantasma blanco, apareció por primera vez en la provincia de Jaén, en el sur de España. El animal fue captado por el fotógrafo Ángel Hidalgo a finales de octubre, luego de varios meses de seguimiento y vigilancia.
El registro ocurrió en plena sierra de Jaén, una zona reconocida por albergar una de las últimas poblaciones de esta especie en peligro de extinción.
El lince presentó una coloración blanca inusual, que especialistas atribuyen al leucismo, una mutación genética que impide la pigmentación total o parcial del pelaje y la piel. A diferencia del albinismo, esta condición no afecta los ojos del animal.
Hidalgo, conocido por documentar la fauna silvestre de la Península Ibérica, logró la imagen tras seguir pistas y revisar cámaras trampa instaladas en la montaña. Según indicó a medios locales, quedó paralizado al observar el ejemplar, que hasta ahora no había sido registrado por la ciencia en ese estado.
El Lynx pardinus suele mostrar un pelaje moteado de tonos marrones o amarillos, por lo que este caso representa una rareza absoluta. Hasta ahora, no existían registros oficiales de un ejemplar con estas características.
El lince-ibérico figura entre las especies más amenazadas del planeta. Sin embargo, programas de reproducción en cautiverio y reintroducción en la naturaleza han elevado su población a más de 2.000 individuos distribuidos entre España y Portugal.
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