
Un estudio científico confirmó que los machos del faisán dorado y del faisán de Lady Amherst pierden parte de su visión durante el cortejo. Esto ocurre cuando levantan un plumaje brillante alrededor del cuello para atraer a las hembras.
La investigación se publicó el 26 de noviembre en la revista Biology Letters. El trabajo reveló que estas aves presentan una reducción significativa del campo visual mientras exhiben su plumaje sexual. Esta característica incrementa el riesgo de ataques por parte de depredadores.
Los científicos analizaron el comportamiento de los faisanes dorados (Chrysolophus pictus) y los faisanes de Lady Amherst (Chrysolophus amherstiae), dos especies originarias de Asia. Durante el cortejo, los machos despliegan plumas que rodean su cuello como una especie de capa. Esa exhibición reduce la visión binocular, sobre todo al mirar hacia arriba.
Los pavos reales también usan el plumaje como parte del ritual de apareamiento, pero los faisanes desarrollan un adorno que limita su campo visual. La diferencia radica en que, en estos últimos, el efecto es más severo y compromete su capacidad de vigilancia.
El equipo de científicos de la Universidad de Oxford, liderado por el biólogo Steve Portugal, realizó pruebas oftalmológicas a siete de estas aves con plumaje sexual completo. Para ello, usaron un oftalmoscopio que proyectó luz sobre los ojos de los animales y permitió definir tres zonas del campo visual: monocular, binocular y ciega.
Los resultados mostraron que el plumaje sexual de los machos afecta la visión binocular hasta en un 41% más que en las hembras. Esto implica una pérdida significativa de visión hacia arriba, justo cuando bajan la cabeza para alimentarse.
Según la revista Science, esto se puede comparar con intentar observar el techo desde la primera fila de un teatro mientras se usa una gorra. Esta limitación convierte a los machos en presas más vulnerables durante la época de apareamiento.
Un cambio visual anual
El estudio también documentó que estas aves renuevan su plumaje entre setiembre y octubre, lo que mejora su visión al desaparecer los adornos visuales. Esta es la primera vez que se registra un caso en aves donde el campo visual cambia dependiendo del sexo y la estación del año.
La conclusión científica señala que el sacrificio visual forma parte del ritual reproductivo. Esto convierte a estas especies en un caso singular dentro del reino animal por combinar estrategia de cortejo y disminución temporal de habilidades sensoriales.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
