
Washington. redacción y EFE.
Científicos estadounidenses instalaron un brazo robótico a un mono, que maneja la prótesis con sus ondas cerebrales.
El logro fue calificado como un enorme avance hacia la creación de miembros artificiales permanentes en los seres humanos.
El concepto es que, con el pensamiento, una persona dirija un miembro robótico y manipule un objeto sin problema.
El gran objetivo es restablecer la movilidad de pacientes paralizados por una lesión, expresaron los expertos en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias que se realiza en Washington D.C.
Los científicos de la Universidad de Pittsburgh manifestaron que el mono ha logrado alimentarse con frutas y vegetales asidos por el brazo robótico.
Todos esos movimientos fueron controlados mediante sus señales cerebrales.
Según explicaron, las señales pasan a través de pequeños electrodos y se insertan en un algoritmo especialmente diseñado que ordena el movimiento del brazo.
La prótesis se mueve como un brazo natural y cuenta con un hombro y un codo, ambos móviles, y una mano prensil simple.
Las señales para lograr el movimiento provienen de la corteza motriz, desde donde normalmente se originan los impulsos eléctricos del movimiento.
Opción para la discapacidad. "Los beneficiarios de esta tecnología serán pacientes con lesiones en la médula espinal o trastornos del sistema neurológico como la esclerosis lateral amiotrópica", dijo Andrew Schwartz, profesor de neurobiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh y director del proyecto.
El científico explicó que cuando el mono desea mover el brazo, se activan de inmediato las células de la corteza motriz.
"Cada una de ellas se activa con una intensidad diferente según sea la dirección en que el mono desea moverlo", añadió.
Schwartz señaló que el sistema se ha ido mejorando progresivamente y que se han mejorado los algoritmos para permitir que el mono aprenda con mayor facilidad a operar el brazo.
Al mismo tiempo, el equipo trabaja en una prótesis más realista que tendrá movimientos de la mano y de los dedos. Algo que, debido a su complejidad es un enorme desafío.
El grupo estudió las órdenes del cerebro para lograr los movimientos. Con esos datos, crearon un modelo matemático que traduce esos impulsos nerviosos en comandos para la prótesis.