
Los compuestos dialil sulfurados, moléculas ricas en azufre presentes en el ajo, generaron mayor esperanza y calidad de vida en ratones, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) divulgado por la revista Cell Metabolism.
La investigación señaló que estos compuestos retrasaron efectos negativos del envejecimiento y modificaron rutas biológicas vinculadas a la longevidad. El equipo indicó que se abrió una vía para desarrollar tratamientos enfocados en favorecer un envejecimiento saludable, aunque insistió en que los resultados no se aplican de forma directa a humanos.
Los científicos detallaron que los dialil sulfurados mejoraron el funcionamiento de la insulina, elemento clave en la regulación metabólica. También observaron cambios en procesos de señalización celular, asociados al deterioro físico que avanza con la edad.En los ratones del estudio, estas moléculas generaron efectos positivos en alteraciones relacionadas con Alzheimer, sarcopenia y diabetes tipo 2.
Además, el trabajo destacó el papel de estos compuestos en la metainflamación, una inflamación crónica de bajo grado vinculada con obesidad e hiperglucemia. Los investigadores consideraron relevante esta capacidad debido a que este proceso influye en múltiples enfermedades crónicas que afectan a personas mayores.
Aunque el estudio se centró en el ajo, estas moléculas también se encuentran en cebolla y puerro. El CSIC explicó que, al partir o masticar el ajo, se liberan los dialil sulfurados, responsables de su aroma y de varios efectos favorables para la salud. Estas sustancias actúan como antioxidantes y estimulan la producción de sulfuro de hidrógeno, transmisor biológico que funciona como interruptor de rutas relacionadas con el envejecimiento.
La investigación incluyó un estudio observacional en humanos, elaborado con el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Ese análisis mostró que las personas con mayor fuerza muscular, un perfil más favorable de triglicéridos y menor riesgo de alteraciones neurocognitivas presentaban mecanismos potenciados por estas moléculas. Los investigadores señalaron que esta coincidencia reforzó el interés científico en estos compuestos, aunque subrayaron que se requieren más estudios antes de considerar recomendaciones para personas.
El CSIC destacó que el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, musculoesqueléticas y metabólicas aumenta con la edad y afecta la calidad de vida de más de la mitad de la población adulta mayor. Por esa razón, la búsqueda de terapias que retrasen la progresión de trastornos asociados al envejecimiento se consolidó como una prioridad internacional.
Los científicos calificaron esta línea de trabajo como prometedora, debido al carácter natural de los compuestos y a su presencia habitual en la dieta. Sin embargo, subrayaron que todavía falta identificar su verdadero potencial en salud humana.
El proyecto se desarrolló desde el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) y contó con la participación del Instituto de la Grasa, el Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis, el Centro de Investigación Príncipe Felipe, la Cleveland Clinic, el servicio de Medicina Interna del Hospital Virgen del Rocío y el área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del Ciber.
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