
En junio de 1998, varios pilotos que sobrevolaban el desierto del sur de Australia detectaron una figura extraña grabada en el árido suelo rojizo. Se trataba de la silueta de un hombre desnudo con un objeto largo en la mano, similar a un búmeran o un bastón de caza. La figura medía 3,5 km de largo y 28 km de perímetro.
El dibujo, que solo podía observarse desde el aire, apareció en una zona desértica del altiplano de Finniss Springs, a unos 60 km al oeste del poblado de Marree. Desde entonces, se le conoce como el “Hombre de Marree”, también llamado el “Gigante de Stuart”, y es uno de los geoglifos más grandes del planeta.
Imágenes satelitales revelaron que el dibujo surgió en algún momento entre el 27 de mayo y el 12 de junio de 1998. Días después, varios hoteles de la zona recibieron un fax sin remitente, con la ubicación exacta del geoglifo y una supuesta autoría. El texto utilizaba jerga estadounidense, lo cual generó sospechas sobre un posible origen extranjero.
Según el Observatorio de la Tierra de la NASA, el contorno del hombre habría sido trazado con equipos de terraplenado dirigidos por GPS, una proeza técnica avanzada para la época.
Hasta hoy, no existe una respuesta definitiva sobre quién lo creó ni por qué lo hizo.
Teorías sin confirmar y pistas confusas
Entre las principales teorías figura el artista Bardius Goldberg, oriundo de Adelaida, quien supuestamente habría confesado su autoría a personas cercanas antes de morir en 2002.
Otra teoría involucra a militares estadounidenses vinculados a una base de la Real Fuerza Aérea Australiana cercana al lugar. Una pequeña placa con la bandera de Estados Unidos hallada cerca de la cabeza del dibujo refuerza esta hipótesis.
En 2018, el explorador Dick Smith ofreció una recompensa de $5.000 australianos (alrededor de ¢2,1 millones) a quien pudiera demostrar la autoría del geoglifo. Nadie lo reclamó, según informó la cadena CNN.
La figura volvió a tomar forma en 2016
Durante años, el viento y la erosión redujeron la visibilidad del dibujo. En 2016, un grupo de habitantes de la zona decidió restaurarlo utilizando excavadoras modernas y sistemas GPS. Añadieron surcos para retener agua y permitir el crecimiento de vegetación, con el fin de conservar la figura visible por más tiempo.
Gracias a esa intervención, el Hombre de Marree se puede observar incluso desde el espacio, convirtiéndose en un ícono local y en un atractivo para científicos y entusiastas del misterio.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
