
Una estructura geológica inédita, ubicada bajo las Bermudas, llamó la atención de la comunidad científica internacional. Investigadores detectaron una capa de roca de unos 20 kilómetros de espesor bajo la corteza oceánica del Atlántico Norte. Su densidad no se registró en ninguna otra región del planeta.
El hallazgo desafía los modelos tradicionales sobre la estructura interna de la Tierra en zonas oceánicas. El estudio estuvo liderado por el sismólogo William Frazer, de Carnegie Science, con sede en Washington D. C. Los resultados se publicaron el 28 de noviembre en la revista científica Geophysical Research Letters.
Los científicos identificaron que, bajo la corteza oceánica de las Bermudas, existe una capa adicional dentro de la placa tectónica. Esta formación no coincide con la transición habitual entre corteza y manto. La anomalía explica por qué el archipiélago presenta características que no encajan con los patrones geológicos conocidos.
Una isla que desafía la lógica geológica
Las Bermudas se ubican sobre un abultamiento oceánico, una elevación del fondo marino respecto a su entorno. En otros lugares del mundo, este tipo de formaciones suele asociarse con puntos calientes del manto, como ocurre en Hawái.
En esos casos, cuando la placa tectónica se desplaza y se aleja del punto caliente, el terreno se enfría y se hunde. Sin embargo, eso no ocurrió en las Bermudas. La isla permanece elevada pese a que su última erupción volcánica conocida ocurrió hace 31 millones de años.
La investigación plantea que aquella actividad volcánica inyectó roca del manto en la corteza. Ese material se solidificó y confirmó una especie de balsa geológica. Esta estructura elevó el fondo marino cerca de 500 metros y sostuvo a la isla desde el punto de vista tectónico.
Un vestigio del supercontinente Pangea
Para analizar lo que sucede a unos 50 kilómetros de profundidad, Frazer y Jeffrey Park, profesor de la Universidad de Yale y coautor del estudio, utilizaron datos de una estación sísmica ubicada en las Bermudas.
El equipo estudió cómo las ondas sísmicas de grandes terremotos lejanos cambiaron su velocidad al atravesar la zona. Ese comportamiento reveló la presencia de una capa de roca más gruesa y menos densa que el material circundante.
La geóloga Sarah Mazza, del Smith College en Massachusetts, aportó contexto sobre el origen de estos materiales. Investigaciones previas de la especialista señalaron que las lavas de la región son pobres en sílice y proceden de rocas ricas en carbono ubicadas en lo profundo del manto.
Ese carbono habría sido empujado hacia el interior de la Tierra durante la formación del supercontinente Pangea, hace entre 900 y 300 millones de años. Este antecedente refuerza la hipótesis de que la estructura bajo las Bermudas es un remanente de ese pasado geológico extremo.
Una singularidad del océano Atlántico
Esta característica distingue a las Bermudas de otras islas formadas por puntos calientes en los océanos Pacífico o Índico. El océano Atlántico es relativamente joven y se abrió tras la fragmentación de Pangea.
Esa condición histórica explicaría por qué esta región conserva rasgos geológicos únicos. El equipo de Frazer busca ahora estructuras similares en otras islas del mundo para determinar si las Bermudas representan un caso aislado.
Comprender una anomalía de esta magnitud permite a la ciencia mejorar el conocimiento de los procesos geológicos habituales del planeta.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
