
Las temperaturas altas no afectan únicamente a las personas. Los perros y gatos también sufren efectos severos cuando enfrentan condiciones de calor intenso. Las mascotas presentan deshidratación, isquemia y alteraciones cardíacas ante la exposición prolongada. A diferencia de los humanos, no regulan la temperatura mediante el sudor. Su cuerpo enfría por medio de las patas y la respiración.
La veterinaria Beatriz Queiroz Muniz indicó que los animales reducen su actividad durante el calor para lograr equilibrio térmico. Esta acción consume energía y provoca cansancio rápido. En los gatos, la saliva enfría los pelos, pero el cuerpo se sobrecalienta con facilidad. Esto causa hipertermia, condición que pone en riesgo la vida del animal.
La veterinaria Marina Ferreira señaló que los principales síntomas incluyen letargia, somnolencia, respiración acelerada, temblores, salivación, inquietud y pérdida de apetito. Situaciones más severas involucran diarrea, vómito, lengua o encías moradas y dificultad para caminar.
Los animales también enfrentan insolación, quemaduras en las patas y convulsiones. El calor provoca vasodilatación, lo que aumenta el flujo sanguíneo. Los mayores y aquellos con cardiopatías corren mayor riesgo. Las razas braquicéfalas, como pug, bulldog, shih tzu y persa, presentan limitaciones respiratorias que empeoran con el calor. Los animales de pelaje blanco presentan mayor probabilidad de desarrollar cáncer de piel cuando se exponen al sol durante periodos prolongados.
El exceso de pelo favorece el aumento de temperatura corporal. Una tosa profesional retira el volumen sin dejar la piel expuesta, porque esto provoca lesiones y quemaduras.
¿Cómo aliviar el calor en perros y gatos?
El veterinario Alexandre Pina recomendó mantener a las mascotas en espacios sombreados y con piso fresco. La agua debe cambiarse entre 2 y 3 veces al día para mantenerla fría.
Los paseos deben evitarse desde el final de la mañana hasta las 16 horas. Es preferible salir temprano o durante la noche. Muchos dueños entrenan menos tempo a sus perros durante las olas de calor, lo que reduce riesgos. La comida debe ofrecerse únicamente en los horarios habituales para evitar fermentación y posibles intoxicaciones.
El ventilador ayuda, pero algunos animales rechazan el viento. Si lo hacen, se alejan. El aparato no debe apuntar directo al animal y es mejor colocarlo en posición alta o en modo oscilante. El aire acondicionado refresca, aunque se requiere salir al ambiente externo en ciertos momentos para evitar contrastes.
Las actividades con agua funcionan mejor cuando se introducen desde temprana edad. Poner cubos de hielo en la taza resulta más seguro que ofrecer hielo directo a la boca.
Ferreira destacó el uso de protector solar en animales de pelaje claro. Debe aplicarse en zonas expuestas como el hocico, patas, bordes de orejas, axilas y abdomen. Tapetes fríos y toallas húmedas también refrescan.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
