Nueva York. DPA. Cuatro años y medio después de los atentados terroristas del 11 de setiembre del 2001 comenzó oficialmente en Nueva York la construcción de la Torre de la Libertad, en el sitio donde se encontraban los edificios del World Trade Center.
La construcción de la Torre de la Libertad, que será el edificio más alto del mundo con 541 metros, demandará seis años y se hará en la llamada Zona Cero (que abarca 6,4 hectáreas).
Además, están planeados otros cuatro rascacielos, de entre 58 y 70 pisos.
"Este será un símbolo de nuestra libertad e independencia. Vamos a alcanzar nuevas alturas y reivindicar el horizonte de Nueva York", aseguró ayer el gobernador del estado, George Pataki.
"Este rascacielos reinará en el perfil de Manhattan gracias a su altura, superior en más de cien metros a la del Empire State Building (381 metros)", agregó.
En respuesta a críticas que sostienen que el nuevo edificio-torre alienta a más ataques terroristas, Pataki dijo que no se construirán edificios bajos solo porque hay guerra contra el terrorismo.
En tres años está prevista la inauguración de un sitio conmemorativo.
Proceso. El inicio de la construcción tuvo varias postergaciones. Primero se debatió la forma arquitectónica y la organización del complejo conmemorativo, luego la seguridad de la construcción contra nuevos atentados y finalmente sobre la financiación del proyecto de $7.000 millones.
Luego de duras negociaciones, Larry A. Silverstein, quien pocas semanas antes del atentado había arrendado el terreno, cedió esta semana ante las demandas de la ciudad y el estado de Nueva York. Se declaró conforme de entregar el control sobre la Torre de la Libertad a las autoridades.
"Nueva York ya esperó suficiente tiempo", fue el argumento del inversor, de 74 años.
No está claro aún quién se mudará a la Torre de la Libertad. Empresas privadas no han mostrado hasta el momento interés. Por un lado, temen nuevos atentados terroristas, pero por el otro también hay en Nueva York una sobreoferta de oficinas en alquiler.
El proyecto original de Daniel Libeskind para la Torre de la Libertad en Nueva York sufrió grandes cambios a instancias de Silverstein, con el fin de cumplir con los estándares de seguridad demandados por la ciudad.