
Científicos estadounidenses descifraron el 70% del mapa genético del mamut lanudo con ADN obtenido de su pelo y con ello imaginan un futuro en el cual algunas especies prehistóricas sean revividas.
El genoma de esta especie de elefante de la Edad de Hielo ( Mammuthus primigenius ) se diferencia en solo el 0,6% de su pariente vivo más cercano, el elefante africano ( Loxodonta africana ). Esa diferencia es la mitad de la existente entre el hombre y su pariente más cercano, el chimpancé.
El estudio, publicado en la revista Nature , demuestra que es posible reconstruir los genomas de criaturas extintas siempre que se tenga pelo bien conservado.
“Al descifrar este genoma podríamos, en teoría, generar datos que un día puedan ayudar a otros científicos a volver a la vida al mamut al insertar secuencias de ADN únicas del mamut en el genoma del elefante moderno”, dijo el investigador principal, Stephan Schuster, de la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos.
“Podría hacerse. La cuestión es, ¿debemos hacerlo solo porque podemos? Me sorprendería si toma más de 10 ó 20 años para lograrlo”, añadió el científico en declaraciones a agencias de prensa.
Evolución lenta. La secuenciación del ADN revela que los mamuts evolucionaban lentamente.
“Eran tan similares genéticamente unos con otros que podrían haber sido especialmente susceptibles a ser eliminados por una enfermedad, un cambio en el clima o humanos”, dijo Schuster.
“Nuestros datos sugieren que los mamuts y los elefantes modernos se separaron hace unos seis millones de años, alrededor del momento en que los chimpancés y humanos se escindieron”, dijo el biólogo Webb Miller.
El proyecto empleó 20 bolas de pelo de mamut lanudo hallado en los hielos eternos de Siberia, en lugar de huesos, lo que le dio a los científicos un nuevo método para estudiar ADN ancestral.
Intentos previos para usar ADN antiguo fueron obstaculizados por la presencia de bacterias, virus y parásitos en los huesos fosilizados.
Los científicos analizaron pelos de distintos ejemplares de mamut, uno de ellos con alrededor de 20.000 años (mamut en un 90%) y otro con 50.000 años (mamut en un 58%).
Así, obtuvieron unos 4.170 millones de pares de bases, de los que 3.300 millones pertenecían al mamut. Según los autores, el genoma del mamut comprendía 4.700 millones de pares de bases, es decir, 1,5 veces el genoma humano.