
Un estudio académico identificó patrones matemáticos en cerámicas prehistóricas elaboradas hace más de 8.000 años en Mesopotamia. El análisis sugiere que comunidades agrícolas aplicaban conceptos de orden, simetría y secuencia mucho antes de la invención de los sistemas numéricos escritos.
La investigación se publicó a inicios de diciembre en la revista Journal of World Prehistory. El trabajo lo desarrollaron Yosef Garfinkel y Sarah Krulwich, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. El equipo examinó cerámica perteneciente a la cultura halafiana, originaria del norte de Mesopotamia entre los años 6.200 y 5.500 a. C.
Los especialistas analizaron artefactos procedentes de 29 sitios arqueológicos. El registro incluyó cientos de ilustraciones de plantas pintadas en vasijas, cuencos y recipientes. Los motivos vegetales presentaron una organización repetida y coherente.
Plantas como nuevo eje del arte prehistórico
Antes de este periodo, el arte prehistórico representaba principalmente figuras humanas y animales. La cerámica halafiana marcó un cambio relevante al incorporar plantas como tema central y recurrente en la expresión visual.
Las comunidades agrícolas representaron flores, arbustos, ramas y árboles con un alto nivel de cuidado. Algunas ilustraciones mostraron rasgos realistas. Otras utilizaron formas abstractas. En todos los casos, los diseños evidenciaron planificación y no decoración aleatoria.
Los autores señalaron que esta elección reflejó una transformación cognitiva asociada con la vida en aldeas. También mostró una mayor conciencia estética y espacial.
Uno de los hallazgos más relevantes se relacionó con la disposición de las flores. Muchas piezas exhibieron patrones florales organizados en cantidades precisas de pétalos y figuras.
Los investigadores identificaron secuencias numéricas claras. Estas incluyeron grupos de 4, 8, 16, 32 y hasta 64 flores distribuidas de forma simétrica. El estudio concluyó que estas composiciones respondieron a un razonamiento deliberado sobre cómo dividir el espacio de manera uniforme.
Este tipo de organización apareció miles de años antes de los primeros registros escritos de números en Sumeria.
Matemática sin símbolos escritos
El análisis indicó que estas formas de razonamiento matemático surgieron de prácticas cotidianas. Entre ellas destacaron la distribución de cosechas y la organización de tierras comunales.
El estudio se integró al campo de la etnomatemática, que examina cómo las ideas matemáticas se expresan mediante tradiciones culturales y artísticas.
Las ilustraciones vegetales incluyeron flores equilibradas, arbustos con rasgos botánicos definidos, ramas repetidas de forma rítmica y árboles de gran tamaño. Algunas escenas incorporaron animales o elementos arquitectónicos.
Ausencia de plantas comestibles
Un aspecto llamativo fue la ausencia total de plantas comestibles en las ilustraciones. Este detalle llevó a los autores a descartar una intención documental o agrícola directa.
El estudio propuso que la preferencia por flores pudo relacionarse con su vínculo con respuestas emocionales positivas. Esta característica las habría convertido en elementos atractivos para la decoración.
Los investigadores concluyeron que la cerámica halafiana evidenció una forma temprana e intuitiva de pensamiento matemático. Este razonamiento se basó en simetría, repetición y equilibrio visual, sin necesidad de símbolos escritos.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
