
La exposición a radiación ultravioleta artificial generó daños genéticos más extensos que la luz solar común, según un estudio divulgado por Science Advances el 12 de diciembre. La investigación, realizada por Northwestern Medicine y la Universidad de California en San Francisco (UCSF), relacionó estos equipos con un crecimiento claro en los diagnósticos de melanoma, el cáncer de piel más letal.
El melanoma representó 30% de los tumores malignos detectados en el país, según datos del Ministerio de Salud. Los especialistas señalaron que las camas de bronceado inducen mutaciones en melanocitos en casi toda la piel, incluso en zonas poco expuestas al sol como espalda, zona lumbar y glúteos.
Un investigador explicó que, aun en piel sin lesiones visibles, identificó alteraciones precursoras del melanoma. Indicó que estos cambios no se habían demostrado con tal amplitud.
Usuarios enfrentan un riesgo casi tres veces mayor
El trabajo surgió tras la experiencia clínica del investigador principal, quien atendió por dos décadas a pacientes con melanoma. Él observó un número inusual de mujeres menores de 50 años con varios tumores y con un rasgo compartido: el uso frecuente de cámaras de bronceado.
El equipo comparó los historiales de cerca de 3.000 usuarios de estos dispositivos con un grupo similar que no los utilizó. El melanoma apareció en 5,1% de quienes recurrieron al bronceado artificial frente a 2,1% del grupo de control. Con ajustes por edad, sexo y otros factores, el riesgo subió 2,85 veces.
El mismo especialista mencionó que, bajo el sol, solo 20% de la piel recibe el mayor impacto. En usuarios de camas de bronceado, esas mismas mutaciones se extendieron casi por completo sobre la superficie cutánea.
La piel envejece décadas a nivel genético
Los científicos detectaron que jóvenes de 30 y 40 años que usaron estos equipos acumularon más mutaciones genéticas que personas de 70 u 80 años que no recurrieron al bronceado artificial. Un coautor señaló que la piel de estos usuarios equivalió, en términos moleculares, a una piel mucho más envejecida.
Este comportamiento coincidió con la expansión del cáncer de piel en Estados Unidos, donde la Sociedad Americana del Cáncer lo ubica como el más frecuente. Aunque el melanoma corresponde a 1% de los casos, causa la mayor cantidad de muertes, con unas 11.000 defunciones anuales, principalmente vinculadas a la exposición a radiación ultravioleta.
La radiación UV proviene del sol y de fuentes artificiales. Las tasas de melanoma crecieron junto con la popularidad del bronceado artificial, una práctica usada de forma predominante por mujeres jóvenes.
Testimonios y advertencias científicas
Parte del estudio se sustentó en biópsias donadas de manera voluntaria. Entre las participantes se incluyó una sobreviviente de melanoma de 49 años que utilizó camas de bronceado dos o tres veces por semana durante la adolescencia. Años más tarde recibió un diagnóstico de melanoma y pasó por cirugía y múltiples biópsias. Ella decidió apoyar la investigación con el fin de aportar claridad sobre los riesgos del bronceado artificial.
Un autor del estudio sostuvo que ninguna mutación puede revertirse y subrayó la importancia de reducir desde temprano la acumulación de daño. Aseguró que evitar la radiación UV artificial figura entre las medidas más simples para disminuir ese impacto.
El investigador principal afirmó que debería discutirse la prohibición del bronceado artificial en menores de edad. A su juicio, gran parte de los pacientes inició esta práctica sin una adecuada información. Comparó el nivel de riesgo con otros agentes cancerígenos como el tabaco o el amianto y sostuvo que se deberían aplicar advertencias similares.
Brasil mantiene una prohibición total desde 2009
Brasil prohibió el uso estético de cámaras de bronceado artificial desde 2009. La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) vetó su fabricación, importación, comercialización y uso tras confirmar su relación con el desarrollo de cáncer de piel, incluido el melanoma.
La entidad recordó que, pese a la prohibición, existen reportes de utilización irregular. Advirtió que estas cámaras con lámparas UV generan múltiples daños: envejecimiento prematuro, quemaduras, cicatrices, pérdida de elasticidad, y lesiones oculares como fotoqueratitis, fotoconjuntivitis, catarata temprana, pterigión y carcinoma epidérmico de la conjuntiva.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
