
Leipzig y Berlín. DPA y Reuters. La primera parte del manuscrito de la Biblia más antiguo que se conserva, el Codex Sinaiticus, será puesto el jueves en Internet, informó la Biblioteca de la Universidad de Leipzig.
En la biblioteca de Leipzig se conservan 43 pergaminos del famoso códice, que se copió en Egipto a mediados del siglo IV.
Los restantes pergaminos están repartidos en la Biblioteca Británica de Londres, el Monasterio de Santa Catalina en las montañas del Sinaí y la Biblioteca Nacional Rusa de San Petersburgo.
Pronto estarán en Internet tanto los originales de Leipzig como los de Londres. En el 2009 se completará colgar en la red los aproximadamente 390 pliegos, que contienen en su totalidad el Nuevo Testamento y cerca de la mitad del Antiguo.
También se planea hacer una edición crítica del texto y una edición facsímil. La edición digital no se limitará a copiar el texto completo, escrito en griego helenístico y exclusivamente en mayúsculas, sin espacios de separación entre palabras ni ilustraciones.
Imágenes de alta resolución del Evangelio de Marcos, varios libros del Viejo Testamento y notas del trabajo aparecerán en http://www.codex-sinaiticus.net antes de la publicación de todo el manuscrito en este mes de julio.
A investigar. Los internautas investigadores o interesados podrán hacer correr las páginas como si se tratara de una película, ampliar las partes del texto que deseen y consultar tanto la transcripción griega como sus traducciones a lenguas modernas.
La antigua transcripción de la Biblia se considera uno de los grandes pergaminos de la Antigüedad. Estuvo durante siglos en el Monasterio de Santa Catalina en las montañas egipcias del Sinaí.
En 1844, Konstantin von Tischendorf, teólogo de Leipzig, descubrió en una cesta de papel del Monasterio los pliegues de pergamino, de 33,5 centímetros de ancho y 37,5 centímetros de alto.
Los monjes le permitieron llevarse a su ciudad 43 de las 129 hojas de pergamino. En 1859, Tischendorf volvió con permiso y anuencia del zar de Rusia y descubrió otros fragmentos del texto, tras lo cual logró convencer a los monjes de regalárselos al monarca ruso.
En 1933, la Unión Soviética vendió al Museo Británico 347 hojas del pergamino, aunque conservó seis en San Petersburgo.
En 1975 hubo un tercer hallazgo: 38 hojas del Antiguo Testamento, que permanecen en el Monasterio de Santa Catalina.
Sin embargo, todavía se encuentran perdidas alrededor de 300 hojas, correspondientes al Antiguo Testamento.