
Bajo una planicie del sur de México, arqueólogos localizaron el sitio maya más antiguo y extenso conocido hasta hoy, un complejo de tierra que permaneció oculto durante tres milenios.
El hallazgo ocurrió en Aguada Fénix, cerca da fronteira com a Guatemala, donde lo que parecía una colina común resultó ser una enorme estructura ceremonial erigida alrededor del año 1.000 a. C.
Los detalles de su análisis se publicaron este 5 de noviembre en un artículo científico de la revista Science Advances.
El descubrimiento mostró un complejo sin palacios, reyes ni esclavitud, lo cual contradice ideas previas sobre la arquitectura monumental maya. La construcción fue posible gracias al trabajo colectivo de miles de personas guiadas por motivos espirituales más que políticos.
En el centro del complejo, los investigadores descubrieron una plaza rectangular que contenía una cavidad en forma de cruz. Cada brazo de esa cruz representaba una dirección cardinal y estaba marcado con colores simbólicos: azul al norte, verde al este, amarillo al sur y conchas marinas al oeste. La disposición, según explicaron los científicos, no fue decorativa. Se trataba de un cosmograma, una representación del universo maia.
Las mediciones astronómicas confirmaron que el eje este-oeste del monumento coincide con la salida del Sol en 17 de octubre y 24 de febrero, fechas que dividen en dos mitades los 260 días del calendario ritual maya. Esto sugiere que el lugar sirvió para celebrar el tiempo y el equilibrio cósmico.

Gracias a la tecnología LiDAR, que utiliza pulsos láser para detectar formas ocultas en el terreno, fue posible identificar el complejo desde el aire. La arqueóloga Verónica Vázquez López explicó que la estructura era prácticamente invisible a simple vista, pues hoy se encuentra cubierta por tierras de cultivo.
Las excavaciones, realizadas entre 2020 y 2024, revelaron la existencia de plataformas, canales y calzadas elevadas, todas conectadas al centro ceremonial. Los cálculos indican que se movieron al menos 3,6 millones de metros cúbicos de tierra, lo cual habría requerido el trabajo coordinado de más de mil personas durante varios años.

Uno de los aspectos más notables del hallazgo es que no hay rastros de palacios, tumbas reales ni estatuas de gobernantes, elementos típicos de construcciones mayas posteriores. Esta ausencia indica que la sociedad que construyó Aguada Fénix no tenía una jerarquía dominante, lo que contradice teorías anteriores sobre el surgimiento del urbanismo monumental en Mesoamérica.

El arqueólogo Takeshi Inomata, quien lideró el estudio desde la Universidad de Arizona, subrayó que este hallazgo redefine la comprensión del desarrollo social maia. Explicó que antes de esta obra no existían construcciones sustanciales, ni siquiera evidencia del uso extendido de cerámica.
Más que un sitio arqueológico, Aguada Fénix ofrece una nueva perspectiva sobre los valores sociales y espirituales de los antiguos mayas. Su cosmología, basada en la conexión entre direcciones, colores y ciclos solares, orientó tanto la arquitectura como las prácticas rituales. La construcción no buscaba demostrar poder, sino representar el orden cósmico.
La investigación fue publicada por un equipo internacional en la revista Science Advances, con la participación de científicos de México, Estados Unidos, Panamá, Reino Unido y Japón.
La magnitud de Aguada Fénix y su antigüedad colocan este sitio como un referente clave para entender el origen de las civilizaciones en Mesoamérica. A diferencia de los complejos posteriores, este fue construido sin señales de jerarquía o centralización del poder, lo que sugiere que la organización social maia primitiva pudo haber sido más igualitaria de lo que se creía.
Este modelo de construcción colaborativa, basado en creencias astronómicas y religiosas, demuestra que la fe colectiva tuvo un papel fundamental en los primeros desarrollos arquitectónicos a gran escala en la región.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
