El exastronauta tico Franklin Chang , su equipo de trabajo y la NASA alinearon sus cronómetros en una cuenta regresiva de tres años, o 1.095 días, para la prueba final del motor de plasma en la Tierra.
El reloj comenzó a correr el pasado miércoles 1.° de julio, cuando se inició un cronograma de trabajo acordado por Chang con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos.
En marzo de este año, la NASA dotó a la empresa del físico costarricense, Ad Astra Rocket , de $10 millones (¢5.408 millones) para las pruebas finales del "motor de magnetoplasma de impulso específico variable" (VASIMR, siglas en inglés).
Conocido como VASIMR, la meta es mantener el prototipo del motor encendido durante 100 horas, en el laboratorio del físico tico en Houston, Texas.
Si se supera esa fase, el motor diseñado por Chang pasará de las pruebas en una cámara al vacío, en Houston, a su medición definitiva en la Estación Espacial Internacional.
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“Planeamos llevar el motor al espacio en tres años. A finales del 2017, estaríamos a punto de volar; esta será la apertura de la fase comercial de nuestra tecnología”, declaró Chang, en entrevista telefónica desde Houston.
“El cronograma establecido para esta fase comienza este 1.° de julio”, agregó el científico, quien a sus 65 años acaricia una meta en la cual trabaja desde joven
Control del calor. Primero, el exastronauta y su equipo deben probar el sistema de enfriamiento del motor, el cual empleará plasma en vez de combustible para impulsar las naves espaciales.
“Ya logramos encenderlo, pero no podemos dejarlo funcionando por mucho tiempo porque no podemos extraer el calor de su estructura”, explicó Chang.
CRONOLOGÍA: Trayectoria de Franklin Chang tras dejar la NASA
“El sistema de enfriamiento ya lo tenemos listo, lo vamos a implementar ahora en esa prueba acordada con la NASA”, resaltó Franklin Chang, quien formó parte de siete misiones espaciales y se retiró de la agencia para abrir su empresa hace 10 años.
Sin embargo, la parte que exige más a los científicos es evitar las altas temperaturas que genera el motor, una vez encendido.
“Debemos disparar el motor en una cámara al vacío –que simula el espacio–, pero cuando usted enciende un carro mucho tiempo, ese garaje cerrado se calienta y sobrecalienta el motor”, explicó el exastronauta.
“Lo mismo cuando disparamos el motor, hay que evacuar el calor de la cámara al vacío. Esto requiere una infraestructura que aún no tenemos; es la parte más grande con la NASA”, agregó.
El sistema de enfriamiento de la cámara ya se encuentra diseñado. Ahora vendrán su colocación y las pruebas de rigor.
“Competimos con más de 30 empresas para ese contrato con la NASA (...). Sus fondos son un claro voto de confianza, además de que nos brinda estabilidad financiera a la empresa”, resaltó Chang, cuya empresa está ubicada en Liberia, Guanacaste, Costa Rica.
FOTOGRAFÍAS: Recorra la carrera del exastronauta costarricense.
Servicio a satélites. En condiciones ideales, su motor podría llevar una nave de la Tierra a Marte en un plazo de 39 días, usando plasma en lugar de combustible para impulsarlo en el espacio.
Empero, Chang tiene claro que se trata de un proyecto de largo plazo, y requiere mantener su empresa con otras fuentes de ingreso en esa industria.
“El viaje a Marte es la parte más romántica del proyecto, pero no es lo que nos va a dar de comer. A largo plazo, cuando haya un sistema de transporte de humanos, se requerirá el motor; mientras eso ocurre, nos interesa el negocio de los satélites”, explicó.
Efectivamente, alrededor de la Tierra hay más de 100.000 satélites que, señaló Chang, requieren ser controlados, reacondicionados, reabastecidos de combustible, y muchos de ellos, requieren ser reubicados, porque ya no funcionan del todo.
Antes de Marte, el costarricense tiene claro que debe aterrizar su negocio en una órbita más cercana; no obstante, faltan tres años para ese disparo final del soñado motor de plasma.