La temperatura corporal de los astronautas aumenta debido a la gravedad cero que estos experimentan durante sus travesías y estancias fuera del planeta.
Así lo reveló una investigación publicada en la revista especializada Scientific Reports.

En condiciones de ingravidez, los cuerpos humanos encuentran extremadamente difícil eliminar el exceso de calor.
Según Hanns-Christian Gunga, director adjunto del Instituto de Fisiología de Berlín y experto en medicina espacial: “La transferencia de calor entre el cuerpo y su entorno se vuelve significativamente más desafiante en estas condiciones. En el espacio, el sudor se evapora más lentamente que en la Tierra, lo que explica por qué se descubrió que los astronautas se sobrecalentaban particularmente rápido durante las pruebas de ejercicio realizadas en la Estación Espacial Internacional (EEI)”.
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Entre los principales hallazgos se encontró que experimentaron hasta un grado centígrado más del valor normal de temperatura (37°) en reposo y que al realizar ejercicio, incluso alcanzaron los 40°C.
El incremento de la temperatura corporal central de los astronautas no fue repentino; se efectuó de forma gradual en el transcurso de 2,5 meses, alcanzando unos 38 °C, aproximadamente.
Estos datos se obtuvieron por medio de sensores colocados en la frente de los astronautas para medir la temperatura corporal central (es decir, la del interior del cuerpo y del cerebro) en la EEI.
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“Desarrollamos una nueva tecnología que combina un sensor de temperatura de la superficie de la piel con un sensor de flujo de calor, el cual es capaz de medir incluso cambios menores en la temperatura de la sangre arterial”, aseguró el investigador.
Las mediciones se hicieron antes, durante y después de los viajes al espacio.
¿Por qué es importante estudiar estos cambios? Porque las fluctuaciones excesivas en la temperatura del cuerpo pueden influir de forma negativa en el rendimiento físico y cognitivo, e incluso pueden ser potencialmente mortales, aclararon los científicos.
