Un estudio realizado por la Universidad de Estocolmo detectó que el polvo en el interior de los hogares contiene altos niveles de sustancias químicas que pueden resultar perjudiciales para la salud.
Los investigadores utilizaron mascotas de hogares (gatos) como biomarcadores, para evaluar exposiciones a los compuestos llamados retardantes de llama bromados, que suelen adicionarse a textiles, muebles y equipos electrónicos para evitar que estos materiales se enciendan.
Este tipo de sustancias suelen ser adsorbidas en el polvo de entornos domésticos.
Durante la investigación se recolectaron muestras de sangre de los gatos, además de polvo del cuarto de los niños, dormitorio de los adultos y la sala de estar, al que estos animales estaban expuestos.
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"Los retardantes de llama bromados que se han medido en los gatos son conocidos como disruptores endocrinos", aseguró Jana Weiss, del Departamento de Ciencias Ambientales y Química analítica de la Universidad de Estocolmo.
Tomando en cuenta que los bebés y los niños pequeños suelen llevarse a la boca lo que encuentran a su paso, de ingerir estas sustancias en el polvo doméstico podrían tener problemas de salud futuros.
"La exposición durante el desarrollo puede tener consecuencias más adelante en la vida, como la enfermedad de tiroides", comentó Jana Weiss.
Los retardantes de llama bromados son extremadamente persistentes y pueden filtrarse a partir de los productos durante muchos años después de que se han producido. En última instancia, se convierten hasta en parte del polvo, aclara la investigación.
Un estudio previo en el que se tomaron muestras de sangre halló altas concentraciones de retardantes de llama bromados en la sangre de gatos que habían desarrollado hipertiroidismo felino (hipertiroidismo en gatos).