
Un sistema químico localizado en una profunda región dentro del cerebro podría esconder la causa de la anorexia nerviosa, según un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh y publicado en la revista Biological Psychiatry .
La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que se caracteriza por una obsesión por mantener un bajo peso corporal y una distorsión sobre la propia imagen.
Los científicos encontraron una sobreestimulación de los receptores de la dopamina en el ganglio basal del cerebro, una región que interviene en cómo la gente aprende de las experiencias y toma decisiones.
Este estudio fue el primero en utilizar una tomografía por emisión de positrones (PET por sus siglas en inglés) para observar la actividad cerebral de los receptores de dopamina, un sistema neurotransmisor conocido por su papel en el control del movimiento.
Asimismo, estos receptores también se asocian con el peso corporal y con las conductas alimentarias, así como con las respuestas al esfuerzo y a la recompensa.
Sin placer por la comida. La investigación estudió a 10 mujeres que se habían recuperado de la anorexia nerviosa un año atrás, así como a 12 mujeres sanas.
Los científicos se basaron en estudios anteriores que detectaron una reducción en los receptores de dopamina en aquellas personas obesas o que abusaban de sustancias.
Partiendo de la hipótesis de que encontrarían lo opuesto en mujeres anoréxicas, los científicos descubrieron un aumento de estos receptores de dopamina en el ganglio basal de las mujeres que tuvieron anorexia.
Sin embargo, este aumento no se presentó en ninguna de las mujeres sanas estudiadas.
Según los investigadores, cuando una persona tiene ese mal no ve o no responde a los mecanismos de placer que la gente regular disfruta, incluyendo la comida, enfatiza el estudio.