
Un llanto de bebé interrumpe la clase de Matemáticas. Priscilla Díaz y Esteban Campos, ambos de 15 años, saltan de sus asientos para atender al "pequeño David".
Este "bebé" llegó a sus brazos hace 20 minutos y ya han tenido que arrullarlo y alimentarlo dos veces. El nerviosismo es evidente en sus rostros.
Esto es algo de todos los días en el noveno año del Costa Rica Christian School, en Coronado, ya que "David" es uno de los dos "bebés simuladores" que adquirió este colegio para la asignatura Ciencias de la Familia, preparada por docentes del establecimiento junto con Yolanda Meléndez, de la empresa BPB Educativos, y el programa "Bebé, piénsalo bien".
Priscilla y Esteban respiran con alivio cuando "David" deja de llorar y vuelven a sus asientos en la última fila del salón. Sin embargo, la tranquilidad se interrumpe de nuevo cuando se oye el llanto de "Alexandra", la "bebé" que tienen en el curso.
"Alexandra" está bajo el cuidado de Frances Valverde, también de 15 años.
Esta muchacha tomó el papel de la 'madre soltera' en la asignatura.
La simulación es una de las 13 unidades que abarca el programa de sexualidad y paternidad responsable de este establecimiento. En este plan también se incluyen contenidos sobre anticoncepción, proyectos de vida y presupuesto familiar por la llegada de un hijo, entre otros temas.
Los jóvenes cuidan los "bebés" durante una semana y al final son calificados con base en la información que entrega el simulador mismo, a través de un programa computacional que registra todos los movimientos y acciones del "bebé" y de sus "padres".
Buena experiencia. Los alumnos del Costa Rica Christian School que ya han pasado por la experiencia de cuidar el simulador aseguran que "Bebé, piénsalo bien" es una buena forma de aprender que aún no están en edad de ser padres.
"Tener un hijo siendo adulto es muy distinto a tenerlo a esta edad. Ahora uno tiene otras prioridades y un bebé cambia todo", aseguró Daniel Villalta, quien junto con su compañera Melissa Rojas fueron los anteriores "padres" que tuvo "Alexandra".
Los jóvenes dicen tener claro ahora que un hijo a su edad exige más que amor. Coinciden en que entendieron que un bebé demanda tiempo, dinero y madurez.