Enredos Amorosos

Favor no confundir compasión con lástima

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Como muchas de las cosas realmente importantes en la vida, haber encontrado el budismo surgió de un feliz tropiezo. Yo no andaba buscando nada ni medianamente emparentado con cuestiones espirituales. Era bastante feliz siendo agnóstico (dícese de aquel que, en cuestiones de fe y entidades divinas, decide no tomar partido). Con mis pensadores fatalistas bastaba y sobraba. ¿Para qué creer, si tenía a Nietzsche, a Freud, a Sartre? Paradójicamente sentía ser feliz no siéndolo.








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