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Teherán, Irán. No puedo describir las sensaciones que tuve cuando compré unos tiquetes aéreos de Estambul, Turquía, con rumbo a Teherán, Irán.
Estaba más cerca de cumplir uno de mis sueños, visitar el país persa. Cuando le contaba a amigos y familiares sobre ir a Irán, muchos se sorprendían o incluso se asustaban. No faltaron las recomendaciones o las preguntas de por qué ir al Medio Oriente.
¡Yo estaba feliz!
Intenté leer todo lo posible sobre otros viajeros que visitaron Irán. Les tengo una información importante; ese país es tan seguro como visitar el Reino Unido u otras naciones de Europa, según el ranquin de seguridad del 2019; incluso, está mejor ubicado que Costa Rica. Les comparto la nota en el siguiente enlace.
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Abordamos ese vuelo de la aerolínea turca de bajo costo, Pegasus, en un viaje de casi tres horas entre Estambul y Teherán.
Al llegar al impresionante aeropuerto iraní, a eso de las 3 a. m., de inmediato pasamos a una oficina de visas, con los pocos turistas que llegamos. La mayoría de viajeros eran iraníes que ingresaban directo a su país.
Nancy y yo entregamos nuestros pasaportes costarricenses. Nos preguntaron de qué país somos y comentaron algo en persa que no entendimos. Fueron muy amables.
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Luego, tuvimos que pagar el costo de la visa, en una ventanilla. Los ticos debemos cancelar $73 (¢42.400), aunque el cajero me dijo que no encontró en la lista de precios el nombre de Costa Rica. Sí, el costo varía según la nacionalidad.
Una vez que pagamos, nos sentamos a esperar. Ahí empezó la tensión. Otro funcionario, de traje, salió y le hizo unas cuantas preguntas a un ciudadano español, le entregó el pasaporte y lo dejó continuar hacia Teherán.
De inmediato siguió con nosotros. Nos lanzó algunas interrogantes que respondimos, le mostramos la reservación de hotel (pocos sitios web ofrecen reservar en hoteles iraníes) y se retiró. Ese ritual se repitió unas siete veces.
En un momento, el funcionario me pidió escribir el nombre del medio de comunicación en que trabajo, me preguntó si es una televisora y hasta tuvimos que mostrarle el dinero en efectivo que llevábamos. Me advirtió que si iba a trabajar no me darían la visa y reconoció que revisó mi Facebook.
Se volvió a ir y en ese momento le dije a Nancy que posiblemente no me darían la visa y debíamos regresar a Turquía o salir a Azerbaiyán, nuestro siguiente destino programado.
Sin embargo, sí recibimos el visado. Desde el año anterior, Irán no sella pasaportes para evitar que los turistas luego enfrenten problemas al visitar otras naciones. De hecho, el turismo crece en el país persa, sobre todo de europeos.
Confieso que la espera y zozobra me afectó un poco. Eran las 6 a. m. cuando salimos de la terminal aérea y había perdido ciertos deseos de conocer Irán. Como es tan económico, pasamos unas horas en un hotel frente al aeropuerto, pues no habíamos dormido nada.
Al mediodía tomamos el metro del aeropuerto hacia Teherán. Dicho tren solo da servicio 11 veces al día. Les dejo esta foto con el horario por si un día visitan este país.
Una vez en Teherán renació mi espíritu aventurero. Al principio anduve un poco con temor, no quería hacer videos ni tomar muchas fotografías. Pero a partir del segundo día todo cambió.
Un bloguero español escribió que Irán es ese país que temes si no lo conoces, pero del que te enamoras al conocerlo.
En este video les muestro un poco sobre la capital, Teherán. Luego, publicaré dos videos más, uno sobre la ciudad sagrada de Qom y otro sobre la experiencia de comprar en el Gran Bazar de Teherán, uno de los sitios más emblemáticos de la capital.
Por cierto, moverse por Teherán es muy fácil y económico, con el metro, el cual llega a prácticamente todos los destinos turísticos importantes.
No se preocupen, todas las estaciones están en inglés y persa, así que no hay forma de perderse.
¿Cómo son los iraníes? Demasiado amables. Creo que sienten curiosidad con los turistas y ayudan en todo lo que puedan. Es un país muy hospitalario.
