Glasgow, Escocia. Era una noche muy fría de abril anterior. Ese día llegamos a Glasgo, Escocia, en autobús desde la sorprendente ciudad de Edimburgo.
Recorrimos Glasgow, estuvimos en la gótica Catedral de San Mungo, en el cementerio victoriano Necrópolis, en George Square, hicimos parte de la ruta de los murales y dejamos volar el tiempo mientras caminábamos por los callejones adoquinados de esta atractiva ciudad.
Luego de cenar y tras un día agitado, lleno de fotografías y videos, volvimos a la habitación de nuestro hotel, en el pleno corazón de Glasgow.
Afuera la temperatura apenas superaba los 0 grados cuando se activaron las alarmas de incendio del hotel. Eran casi la medianoche.
Estábamos despiertos aún, pero de lo contrario nos habríamos despertado por el sonido ensordecedor de las bocinas.
Salimos de la habitación, en ese momento uno no piensa en el frío y la verdad poco le importan las pertenencias. En medio de la confusión, bajamos desde ese tercer piso por unas gradas de emergencia que dieron al otro lado de la calle.
Una vez en la fría noche de la ciudad, me arrepentí de no haber tomado el abrigo. Luego, me preocupe que sí sucedía algo, los pasaportes habían quedado en la habitación, así como las tarjetas y el dinero en efectivo.
¿Qué sucedió y en qué terminó todo? En este video se los cuento.