La fórmula para la risa que tiene Miguel Mora es un tanto irónica: ocultar el humor detrás de sus labios. Y este conocido ventrílocuo volverá a "esconder" sus chistes en los labios de sus personajes de peluche. Mañana, a las 7 p. m., Coco y su pandilla harán una presentación única, en el hotel Herradura, a beneficio de la Asociación Hogares Crea.
Espoleado por las ganas de volver a su terruño, Miguel llegó a Costa Rica el pasado martes con las maletas atestadas, el estrago de varios vuelos y el silencio engañoso de sus cuatro cómplices: Yoyo, Yiyo, Pipo y Doña Yaya.
"Mis personajes siguen siendo tan terribles como siempre", dice Miguel, quien promete acribillar de risa a su público con un espectáculo de luces estridentes, bailarines, tecnología y humor blanco.
Coco ha llamado a esta presentación Un especial muy especial, que será grabada por canal 7 y difundida posteriormente a través de Teletica.
"Estoy muy ilusionado porque esta será la primera presentación formal que hago en el país después de tres años de ausencia."
Miguel se radicó en Estados Unidos en la ciudad californiana de Los Angeles hace nueve años y, desde entonces, se ha empapado con un aguacero de oportunidades.
Ha actuado en eventos para Showtime y Universal Studios y constantemente realiza giras por el interior del país. Su talento ha llegado a oídos de animadores, periodistas y presentadores de cadenas internacionales que lo han entrevistado e invitado a sus programas, como Jaime Baily, Don Francisco -de Sábado Gigante- o Cristina Saralegui.
La clave
Para Coco, el éxito es un verdadero trabalenguas. "Siempre que lo busqué, me costó mucho encontrarlo, y ahora que no lo quiero, lo tengo de montón."
Miguel asegura que antes le era mucho más difícil que las puertas de los contratos estuvieran siempre abiertas. "Pero ahora que estoy dedicado a mi ministerio cristiano siento que todo se ha facilitado."
Y no es que ahora no quiera el éxito, pero el comediante asegura que ya no es su prioridad el ser famoso, sino divertir a la gente dando un mensaje positivo.
Risa, risa y más risa. Esa es su meta y, aunque indica que su espectáculo no es religioso -"pues para eso están los sermones de la Iglesia"-, sí le da prioridad al fomento de los valores de la familia.
La catapulta de su humor lo ha lanzado por varias naciones. En Costa Rica, estará apenas unos días pues el 27 de julio tiene una presentación en el Premiere, uno de los centros de espectáculos más grandes del Distrito Federal de México. También ha sido invitado a participar en el programa Al ritmo de la noche de Jorge Ortiz de Pinedo y, posteriormente, viajará a Colombia y Argentina.
Entre sus próximos planes está la producción de un espacio de televisiónpara una empresa de cable en el sector californiano de Torrance.
Pero, además, tiene un proyecto en el país: a Costa Rica vendrá de manera intermitente para grabar un nuevo programa en canal 7.
La serie será de media hora y se proyectará una vez a la semana. "Voy a invitar a artistas de México y amigos que he hecho en el extranjero", dice este comediante de 36 años, casado desde hace una década con Cynthia Benon.
Para una de las secciones de este nuevo espacio, Miguel planea vestirse de viejito en una escenografía de taller antiguo donde recordaría cómo fabricaba sus muñecos y cómo era ventrílocuo cuando joven.
"También tenemos en mente un programa de Navidad que será grabado, en parte, en Estados Unidos."
Coco, quien creció en barrio Pinto, San Pedro de Montes de Oca, recuerda con nostalgia sus inicios en el oficio cuando apenas salía de la adolescencia.
"Este es un don que Dios me dio y por eso quiero difundirlo sanamente."
Las entradas para la presentación única de mañana se pueden adquirir con antelación en los restaurantes Burger King. Tienen un valor general de ¢2.000.