Moscú, 22 ago (EFE).- La Compañía Europea para la Aeronáutica, Defensa y Espacio (EADS) y la empresa rusa Mig firmaron hoy un protocolo para utilizar el caza interceptor Mig-31 en vuelos suborbitales, destinado a turistas.
"En cooperación con la EADS estudiaremos la posibilidad de desarrollar el turismo en el espacio suborbital a partir de nuestro caza interceptor Mig-31", declaró Anatoli Lijodedov, ejecutivo del consorcio ruso.
Según Lijodedov, el documento suscrito señala que representantes de ambas empresas y los potenciales inversores se reunirán el próximo mes de octubre para analizar la viabilidad del proyecto.
"Estudios hechos por expertos de las partes interesadas valoran las posibilidades de realización del proyecto en un 70 por ciento", subrayó Lijodedov citado por la agencia Interfax.
Según el proyecto técnico, el Mig-31 se elevará hasta los umbrales del cosmos con doce turistas en una cápsula construida por la EADS, en la que los pasajeros sentirán la aceleración del despegue y después podrán flotar debido a la baja gravedad.
En lo que se refiere a precios, el funcionario dijo que un asiento para un vuelo suborbital en el Mig-31 costará entre 20.000 y 25.000 dólares, una ganga en comparación de los precios previstos en proyectos similares.
La empresa ruso-estadounidense "Corporación Suborbital" ha prometido que a partir del 2005 ofrecerá excursiones en "clase económica" para las personas dispuestas a desembolsar 100.000 dólares por asomarse un par de horas al cosmos.
Se trata del proyecto S-XXI, un aparato para vuelos suborbitales de corta duración en los que la nave se eleva hasta la altura de cien kilómetros, zona considerada como umbral del entorno cósmico extraterrestre.
La nave, diseñada por la fábrica Miasishev, en las afueras de Moscú, tiene una longitud de ocho metros, y transportará un piloto y dos pasajeros y alcanzará la altura prevista despegando en pleno vuelo desde un avión nodriza M-55 "Geofísica".
Cuando el M-55 alcance una altura de veinte kilómetros, la nave espacial se desprenderá y con ayuda de sus propulsores llegará a la órbita prevista, donde los pasajeros durante un máximo de cinco minutos experimentarán el estado de la ingravidez.
Después, la S-XXI retornará a la Tierra aterrizando en un aeropuerto convencional y poniendo fin a una aventura de entre una hora y hora y media de duración. EFE
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