MEXICO (AFP) - Mérida, una plácida ciudad mexicana de menos de un millón de habitantes, seguía transformándose en una fortaleza por la visita de tres días que inicia el lunes el presidente estadounidense, George W. Bush, con operativos sin precedentes en esa localidad, donde activistas mexicanos harán eco de las protestas en Sudamérica.
Además de los sobrevuelos permanentes de helicópteros de la Defensa mexicana y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y de las cámaras instaladas en las calles cercanas al hotel donde se instalará Bush, los lugareños de la comisaría de Temozón han recibido 'sugerencias' de la guardia presidencial para no salir de sus casas.
En Temozón, localidad de 200 habitantes a 38 km de Mérida, capital de Yucatán (este) hay una hacienda henequera que data del siglo XIX.
Allí Bush y el presidente de México, Felipe Calderón, tendrán una comida el martes, pero elementos de la guardia presidencial mexicana han 'recomendado' a los lugareños no salir de sus casas los tres días de la visita, según diversos reportes periodísticos.
"Estoy viendo la posibilidad de que no haya clases lunes y martes para no afectar a los niños con tanto soldado", dijo al diario Reforma Ermildo Ek, comisario de Temozón.
Los ex presidentes de México, Ernesto Zedillo y de Estados Unidos, Bill Clinton, sostuvieron allí un encuentro similar en 1999. Ermildo Ek asegura que los elementos de seguridad de ambos países eran menos de la mitad de los que han llegado hasta el momento.
Versiones periodísticas señalan que existe la posibilidad de que a Mérida lleguen incluso 300 francotiradores estadounidenses.
En Mérida unos 100 estudiantes de la universidad estatal se manifestaron el viernes y por cuarto día consecutivo en contra de la presencia de Bush, a pesar de los operativos de seguridad.
Con pancartas que acusaban a Bush de "¡Asesino!", los manifestantes hicieron un plantón frente a las oficinas del gobierno estatal y municipal.
El grosor de las manifestaciones, sin embargo, podría registrase en la Ciudad de México, dada la lejanía de la Península de Yucatán.
Organizaciones sindicales y campesinas han anunciado marchas en la Ciudad de México en protesta por los subsidios que el gobierno de Estados Unidos otorga a sus agricultores.
Mientras, otras organizaciones han convocado a plantones frente a los consulados de Estados Unidos en las principales ciudades del país.
Casi todo está programado; tanto las manifestaciones como los operativos para contenerlas.
Sin embargo, algo que escapa de los planes de ambos gobiernos es quizá la plaga de langostas, de seis centímetros cada una, que este año ha invadido la Península de Yucatán desde diciembre y que se cree podría haber sido una de las razones de las movilizaciones de comunidades mayas en esa región.
Más de un millón de dólares se han destinado para combatir sin casi ningún éxito las langostas que cada año llegan para devorar en segundos campos enteros de maíz y cacao, entorpeciendo incluso la circulación vehicular.
El número de langostas que desaparecen y aparecen en forma de enormes nubes, al igual que los operativos de seguridad, "no tienen precedentes", según los propios lugareños de Temozón.
© 2007 AFP