CUALQUIERA diría que son pesadísimas, pero las iguanas verdes vinieron al mundo así: indiferentes ante quienes las observan, con tiempo suficiente como para vivir bajo la caricia del Sol y sin intención de mover el rabo a nadie, sobre todo en Iguana Park, un lugar en Orotina en el que ellas son las dueñas y señoras.
No se trata de un zoológico, sino más bien de un centro de conservación al que usted puede ir a conocer las iguanas, de cerca y sin necesidad de meterse en el bosque. Si le gustó alguna, cómprela y llévela a casa, y hasta puede comer carne de iguana en ese lugar.
Para llegar a este paraíso de habitantes prehistóricos hay que tomar la ruta que lo lleva a uno hacia Orotina. Una vez aquí, no tome el desvío hacia Jacó, sino continúe hacia San Pedro. A partir de allí, el camino se hace un ocho, del montón de vueltas que hay que dar, pero todo está señalado.
¡Qué vivan las iguanas!
Iguana Park forma parte de la Organización Pro Iguana Verde que tiene diez años de trabajar en el país. Es un proyecto de desarrollo autosostenido depositario de 400 hectáreas de terreno de bosque en la localidad de Turrubares. Esto significa que el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) lo nombró administrador de esta zona con el objetivo de que conserve el bosque de transición Ðel que está entre húmedo y secoÐ.
No se trata solo de conservar una zona en su estado natural, sino también de rescatar una gran cantidad de especies vegetales y animales. Entre estas últimas están: el venado, el pizote, el tepezcuintle, el manigordo, el cocodrilo, la lapa roja, el tucán, serpientes, ranas, garrobos y, por supuesto, iguanas.
"La idea del proyecto es que se extienda a la comunidad: que los vecinos reforesten algún sector de su propiedad y a la vez desarrollen productos alternativos, como la cría de iguanas y lapas", comentó Alan Vega, encargado de operaciones de Iguana Park.
Vega agregó que el parque asesora a las personas de la comunidad que quieran trabajar en el proyecto; a la vez, les compran los animales para liberarlos después.
Nos solo de iguanas...
Si usted visita Iguana Park, se enterará de que las iguanas son criadas aquí con tres propósitos: para liberarlas, para procesar su carne y para utilizar su piel.
Niños y adultos podrán conocer los animales que están expuestos vivos en una enorme jaula. Hay decenas de iguanas de todos los tamaños; algunas llegan a medir hasta 1,90 m de largo: ¡son enormes!
¿Y a qué saben? Es difícil describir un sabor, pero este se parece al de la carne de pollo. Mejor pruébelo en el restaurante Mamá Iguana. Hay diferentes preparaciones: en salsa, a la plancha, con arroz o en ensalada.
Aunque en este lugar se halla la planta de procesamiento de la carne, no está abierta al público, o sea que usted ve las iguanas vivas en las jaulas o caminando por los árboles, y luego cocinadas en el plato.
Si le gustan los artículos exóticos, pase por la tienda: hay zapatos, bolsos, billeteras o monederos, y un montón de artículos confeccionados con cuero de iguana.
"El sacrificio de animales se hace según un monto establecido por el MINAE. En este momento, el número está en 500 por mes, pero se están matando 200", comentó el encargado de operaciones.
Iguana Park no solamente vive de dichos animales. Los turistas tienen otras opciones para disfrutar con solo pagar la entrada: una jaula de exhibición de lapas que cuenta con cuatro ejemplares. También hay un sendero de hora y media de duración por el bosque, y un observatorio de aves que más bien es una especie de mirador desde el que se ven muchos de los pájaros que habitan en esta zona.
Y la última posibilidad que queda es el canopy tour. Esta actividad consiste en guindarse de la cintura a un cable horizontal y pasar de la copa de un árbol a la de otro. Este viaje por los aires se hace entre cuatro árboles de unos 40 metros de altura y dura media hora.
Si al final del paseo por Iguana Park queda usted enamorado de una de estas viejas verdes, no hay problema: puede llevarse a casa una jovencita por ¢1.800 y, cuando esté grande, devolverla y llevarse una "nueva".
Cómo, dónde, cuándo
¿Qué? Iguana Park.
¿Dónde? Orotina.
Horario : De martes a domingo, de 9 a. m. a 5 p. m.
¿Cómo llegar? Si va en bus, el viaje le demora unas tres horas. Tiene que tomar el bus de Orotina en el Mercado de la Coca-Cola, San José (pasaje: ¢400). En Orotina, tome el autobús de El Barro (¢100): la parada está frente a Almacén Lauren N¼ 1.
Si no quiere viajar en bus desde Orotina al parque, puede tomar un taxi; cobra ¢1.200.
Si va en carro, el viaje dura unas dos horas. Diríjase hacia Orotina; una vez allí, no tome el desvío que lleva a Jacó, sino siga directo hacia San Pedro. La ruta está señalada con letreros.
Entrada : ¢700, adultos nacionales; ¢500, niños nacionales; ¢600, estudiantes; $8, adultos extranjeros; $4, niños extranjeros.
Precios del restaurante Mamá Iguana:
Arroz con iguana, ¢950; iguana frita, ¢1.250; iguana típica, ¢1.250; casado con iguana, ¢900; refrescos naturales, ¢150; gaseosas, ¢250.
Precios de los artículos confeccionados con cuero de iguana: Bolsos, $55; fajas, $25; sandalias, $45; portabilletes, $16; portapuros, $12. También hay camisetas con dibujos de iguanas: de $8 a $10.
Costo del canopy tour : $45, extranjeros; $35, nacionales; $30, estudiantes. Teléfono: 257-5149.
Teléfonos de Iguana Park : 428-7775 y 428-7776.
Hermana iguana
Se las conoce científicamente como iguanadae. Son reptiles de sangre fría, una especie poco evolucionada y pariente de las tortugas, los cocodrilos y las serpientes.
La iguana verde es herbívora y pone huevos una vez al año, entre noviembre y febrero. Una hembra puede llegar a poner hasta 42 huevos y lo hacen cavando un hoyo de un metro de profundidad.
Las iguanas nacen después de seis semanas y no es posible determinar el sexo hasta que son casi adultas.