Madrid, 12 jun (EFE).- El escritor peruano Mario Vargas Llosa defendió hoy la capacidad de embriagar al lector que tienen las ficciones artísticas "que pueden, con sus utopías, agudizar el sentido crítico del individuo", frente a otras historias que, disfrazadas de ideología, "resultan perniciosas para la sociedad".
Vargas Llosa, quien ofreció hoy en Madrid una conferencia titulada "Las ficciones del siglo XXI", reivindicó el poder de la música, los libros y el arte para "llenar el abismo entre la realidad y el deseo" de los seres humanos.
"Se trata de ficciones que estimulan la sensibilidad y enriquecen el lenguaje, pero, sobre todo, constituyen un motor de progreso porque llevan a replantearse la realidad en que vivimos", afirmó.
La ficción artística, añadió el autor de "La ciudad y los perros", ofrece al espectador "una realidad más intensa y pura de la que tenemos", de tal forma que queda ligada al concepto de utopía.
Pero la ficción, según Vargas Llosa, también puede resultar perjudicial, pues, subrayó, "sólo son benignas aquellas que se presentan como lo que son, invenciones y fantasías, frente a aquellas que se presentan como conocimiento objetivo".
Este sería el caso de las ficciones religiosas y las ideologías que, cuando han querido trasladar la utopía que pregonan a la realidad, "han provocado los más terribles fracasos, guerras, matanzas y genocidios", agregó.
El escritor, que tras casi cinco décadas en el oficio acaba de publicar su primera novela de amor, "Travesuras de la niña mala", indicó que la solución a las ficciones perjudiciales para la sociedad es "educar en la cultura de las ficciones benignas o de las utopías de carácter individual", que no tratan de "imponer" un modelo de sociedad.
Sin embargo, Vargas Llosa advirtió de que las utopías son inherentes al género humano y auguró que las dos más perjudiciales en el siglo XXI serán el fundamentalismo religioso y los nacionalismos.
"Si la sociedades democráticas no consiguen absorber estas utopías colectivistas o son incapaces de mantenerlas en sus márgenes, los próximos cien años pueden ser tan violentos y tan terribles como lo fue el siglo XX", sentenció el autor de "Conversaciones en la catedral". EFE
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