PAULIE HABLA Y ADEMÁS PIENSA: esto lo convierte en un lorito diametralmente diferente, porque Paulie no se limita a repetir frases. Además, no sabe mentir, lo que le trae líos, y tiene un ingenio tan agudo que le encrespa las plumas a cualquiera.
Así, Paulie sabe conversar y lo hace con más sutileza que muchos humanos y sin la demagogia de los políticos de oficio. También lo hace sin la pedantería de los diplomáticos; pero -como estos- sabe callar cuando le conviene, en el más sano ejercicio del silencio.
Con esas virtudes, Paulie pone en duda muchas de las ideas propuestas en la teoría del origen y evolución de las especies. Sin embargo, la película que nos trae al citado lorito como personaje, ni se inmuta: es una comedia familiar con plumas incluidas. Se trata del estreno de esta semana, titulado Paulie, un lorito parlanchín.
El filme viene dirigido por John Roberts, según un libreto original de Laurie Craig. Cuenta en su reparto con Geena Rowlands, Tony Shalhoub, Cheech Marín, Trini Alvarado y la niña Hallie Kate Eisenberg, como Marie, la primera amiga de Paulie y amiga para siempre.
También está Paulie, pero este personaje ocupó nada menos que 14 intérpretes, todos loros blue-crown, algunos domesticados, otros no. Ellos son el encanto del largometraje. Sin embargo, no son los únicos. En un momento de la historia, Paulie tiene que empandillarse con los loros de la banda de un buhonero llamado Ignacio (Cheech Marín); aquí es donde Paulie conoce el amor, pues se "engancha" de una lora que canta llamada Lupe. Los otros loros de la pandilla son Paco y Pepe.
Pues bien, para interpretar a Lupe, Paco y Pepe se entrenaron tres grupos de seis aves cada uno, tal las dificultades escénicas en juego. El coordinador de todo el trabajo con aves fue el veterano experto en acrobacias Boone Narr, dueño de la compañía Animals for Hollywood. Narr ha entrenado todo tipo de animales para el cine.
Ciertamente, también hubo algunas secuencias con muñecos electrónicos (animatronics) en forma de loros; fueron pocas.
Ruta de odisea
Paulie se limita a narrar el afán del lorito por regresar a los brazos de su primera dueña, la niña Marie, aunque en ese afán consuma el tiempo y ella sea ahora una señorita. Gracias a Marie, Paulie conversa y el animal no lo olvida. Fueron separados, pero el lorito se resiste a aceptar ese destino. Su afán de regreso es toda una odisea narrada con sensibilidad, porque el filme predica sobre las relaciones naturalmente armoniosas que deben existir entre ciertos animales y los seres humanos: se trata de mirar la especie zoológica con amistad y no como los toreros (quienes ejercitan sus destrezas siempre en actitud de enfrentamiento y maltrato).
Así, Paulie habla de maravillas y decepciones comunes, mientras el lorito vive aventuras dignas de un cine plácido, hecho con alguna ingenuidad, actuado con cariño y recibido con agrado. Paulie, un lorito parlanchín es producción de la naciente empresa cinematográfica DreamWorks SKG, que pretende repetir el éxito de taquilla que le significó la película Un ratoncito duro de cazar, exhibida aquí en abril (dirigida por Gore Verbinski). Parece que los afanes comerciales coinciden con la aceptación del público, de todo público.
Cómo, dónde, cuándo
Paulie, un lorito parlanchín se exhibe en los cines Magaly, San Pedro, Capri, Colón, Colonial, Cariari, Internacional y Cinemark.
Valor de la entrada : Según la sala, oscila entre ¢600 y ¢900.
Horario : Funciones regulares.
Estreno : Inicia temporada mañana, viernes 18 de setiembre.