por Alejandra Villasmil
Nueva York, 8 feb (EFE).- La escasez mundial de agua podría alcanzar proporciones de crisis en 2010, una realidad que intenta afrontar un fabricante de urinarios con una tecnología que puede ahorrar miles de millones de litros del preciado líquido al año.
Falcon Waterfree Technologies ha instalado 25.000 "urinarios sin agua" en 22 países, entre ellos Brasil, lo que ha representado un ahorro, según la compañía, de 3.780 millones de litros de agua por año o 10.000 millones de litros desde que la empresa comenzó a operar en 2000.
Y, aunque parezca contradictorio, estos urinarios ecológicos son más higiénicos porque precisamente no usan agua, y son más económicos y fáciles de instalar y mantener que los urinarios convencionales o de "fluxómetro".
El sistema del urinario sin agua está compuesto por una taza -que puede ser de porcelana o acero inoxidable-, un cartucho de recambio reciclable y un líquido especial biodegradable que permite el paso de la orina y elimina los olores.
Esta tecnología previene la proliferación de bacterias y depósitos de calcio creada por la mezcla de agua y orina, evita la corrosión de las cañerías producida por el ácido úrico y elimina las inundaciones por daños o vandalismo.
El ahorro de agua significa además la disminución de las tarifas de agua, drenaje y energía, así como del mantenimiento de cañerías.
James Krug, presidente de la División Internacional de la empresa, dijo a EFE que este nuevo sistema es una solución económica para aliviar la escasez de agua en el mundo, que según las Naciones Unidas puede alcanzar proporciones de crisis hacia el año 2010.
"El urinario cuesta lo mismo que el convencional y el costo de instalación es menor, porque se adapta fácilmente a conexiones de drenaje existentes y no hay que construir redes de agua en los edificios", explicó.
A su juicio, los urinarios sin agua prometen ser la próxima generación de aparatos de fontanería compatibles con el medio ambiente, y con el bolsillo y la higiene de sus usuarios.
"Cuando los ven por primera vez, la gente muestra curiosidad y hace muchas preguntas. Algunos se muestran escépticos porque creen que el agua es necesaria para limpiar el urinario, pero después se dan cuenta de que el sistema es más higiénico", apuntó Krug, quien dijo tener previstos viajes a España y Portugal en este primer trimestre del año para promover el producto.
La tecnología es ideal para lugares donde el gasto de agua por el uso de urinario es elevado, como oficinas del gobierno, dependencias militares, empresas, estadios deportivos, hoteles, universidades, aeropuertos, cárceles y atracciones públicas.
Hasta ahora, Falcon ha instalado estos urinarios en lugares como el Taj Majal de la India, el tren bala de Japón y las cadenas de hoteles Hilton y Holiday Inn, y espera instalar otras 50.000 unidades en varios países hacia finales de 2004.
"El agua es un serio problema en Latinoamérica, especialmente en ciudades brasileñas como Río de Janeiro y Sao Paulo, pero hay que reconocer que la conciencia ambientalista ha ido creciendo en la región en los últimos cuatro años", señaló.
La empresa ya tiene un programa piloto en México desde finales del 2003, y "el significativo interés que ha mostrado el país" ha dado pie para extenderlo este año, según Krug.
Los mayores clientes de Falcon son multinacionales como Ford Motor y Daimler Chrysler, así como las alcaldías y agencias de gobierno en países ricos, ya que éstos "están más comprometidos y reconocen la necesidad de conservar el medio ambiente".
"Los países del norte tienen recursos de agua significativos y una conciencia ecológica muy elevada. La Unión Europea, por ejemplo, está pidiendo a países como España, Italia y Portugal que ajusten su consumo de agua al nivel de los países del norte", indicó Krug.
Reconoció que Falcon tiene varios competidores en EEUU y Europa, un continente además comprometido a combatir el calentamiento global con la reducción del consumo de energía vinculado a los urinarios de fluxómetro. EFE
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