En octubre de 1991, el barco Andrea Gail zarpó de Gloucester, Nova Scotia, hacia el mayor banco de peces vela que sus tripulantes habían encontrado en años. Y lo hallaron, pero unas horas después, la máquina de hielo que les permitía conservar su preciada carga se rompió en medio del océano.
Los marineros se vieron entonces ante una decisión clave: o salvaban lo que habían pescado y volvían a casa entrando en la boca de una tormenta, o lo perdían todo quedándose en alta mar hasta que el peligro amainara.
Eligieron volver a casa y su decisión marcó el nacimiento de dos leyendas del océano. La primera fue conocida años después como “La Tormenta Perfecta”, una conjunción casi irrepetible de fenómenos meteorológicos frente a la costa noreste de Estados Unidos que dejó cientos de millones de dólares en pérdidas.
La segunda fue la historia del mismo Andrea Gail , que comenzó con la precaria situación económica de seis pescadores de Massachusetts y culminó con su desaparición entre el 28 y el 29 de octubre de 1991.
La muerte de los pescadores inspiró, años después, al periodista estadounidense Sebastián Junger para escribir el best-seller La Tormenta Perfecta , libro que en el 2000 fue llevado al cine por la compañía Warner Brothers.
Mortal. La tormenta ocurrió a fines de octubre de 1991 y fue oficialmente conocida como la “Tormenta de Halloween”. Del 28 de octubre al 2 de noviembre, tres sistemas climáticos se juntaron frente a la costa de Massachusetts con resultados mortales.
El primero fue un sistema de baja presión que se formó sobre los Grandes Lagos, y se dirigió de oeste a este, pasando por Chicago, Maine y Nova Scotia.
En su ruta, se encontró con un sistema de alta presión y formó una tormenta frente a Nova Scotia, con la particularidad de que este mismo sistema le impedía llegar a la costa. La tercera pieza de energía fue el huracán Grace, que avanzaba de sur a norte.
El frente de alta presión que se encontraba detrás de la tormenta chocó con la zona de baja presión del huracán, y dio origen a vientos de más de 100 kilómetros por hora en el océano. Para empeorar la situación, como la tormenta no podía moverse, los vientos generaron olas de más de 30 metros de altura.
En resumen, lo que pudo haber sido un evento de solo unas horas, se convirtió en el llamado “huracán sin nombre” que azotó la costa durante tres días, destruyó 200 casas y mató a nueve personas, incluidos los seis tripulantes del barco pesquero Andrea Gail .
Hacia la muerte. Luego de un frustrado intento por sacar del océano una carga de peces que mitigara la situación económica de sus tripulantes, el Andrea Gail zarpó a mediados de octubre hacia la costa norte del continente.
A bordo del barco iban el capitán Billy Tyne, Bobby Shatford, Mike Moran, Dale Murphy, David Sullivan y Alfred Pierre; todos era pescadores de Gloucester.
Luego de una excelente pesca y avisados sobre la tormenta, la tripulación del Andrea Gail mantuvo su último contacto por radio la noche del 28 de octubre.
“En medio de la estática y el viento, el capitán dio un breve reporte. Harían su mejor esfuerzo para atravesar una tormenta tan fuerte que rompía todo el equipo sujetado a la cubierta con amarras de acero. El Andrea Gail dio su posición y cortó”, cuenta un artículo de CNN .
Días después, los equipos de rescate encontraron algunos de los galones de combustible del barco, pero ningún rastro de sus tripulantes.
En el año 2000, como un homenaje a los seis pescadores muertos, la Warner Brothers rodó la película La Tormenta Perfecta , basada en el libro homónimo del periodista Sebastian Junger, escrito dos años atrás.
Tanto el libro como el filme –protagonizado por George Clooney– narran las últimas horas de los marineros basados en datos reales que se mezclan con la recreación de algunos hechos.
Muchos de los elementos y personalidades de la historia fueron reproducidos casi íntegramente en ambas obras. Por ejemplo, un centro de atención en la película es el Crow’s Nest, el bar donde se reunía la tripulación.
“En la película se encuentra al pie del muelle, pero en realidad queda a 800 metros de ahí”, afirma un artículo del diario argentino Clarín .
Ethel Shatford, la mamá de Bobby, atendió ese local durante años y era como una madre para los pescadores de la zona. Tras la película, le llegaron cartas y e-mails de condolencia de todas partes. Los remitentes no sabían que había muerto en 1999.
El filme, cuyo costo fue de $125 millones, fue rodado en Gloucester, donde cuenta con el respeto de los habitantes gracias a su apego a la realidad. En lo que algunos no estaban de acuerdo fue con el final de la película, que presenta a Bobby Shatford solo ante la inmensidad del océano.
“Para mí fue mejor verlo de esa manera que verlo ahogarse. Y no parecía aterrado. Me gustó que tuviera una especie de paz ante lo que venía. Verlo puede serenar el espíritu”, opinó Mary Ann, hermana del pescador.