Una mente negativa es una mente prisionera. Leonardo Stemberg dedicó muchos años a buscar la mejor manera de liberarse de esas ataduras. A su propuesta la llamó Contraanálisis.
"Se trata de una revolucionaria técnica de entrenamiento mental que ayuda a desplazar toda actitud negativa que no permite estar bien con uno mismo o con lo que nos rodea", explicó.
Su larga barba, que le da una apariencia ermitaña, es tan llamativa como su propuesta: "mediante sesiones de entrenamiento se muestra cómo ëreprogramar el disco duroí. El objetivo es aprender a defender, como algo lógico, la búsqueda de la felicidad", agregó.
Difundir su teoría lo trajo hace unos días a Costa Rica. Su visita concluyó recientemente luego de dar una amplia conferencia sobre el tema.
Para él, y así lo enseña, no hay problemas, solo desafíos. "El pasado debe usarse para crecer, pero mucha gente se acostumbra a los dramas y no disfruta del ahora", dijo filosóficamente.
Muy feliz porque hace poco logró nacionalizarse mexicano, aunque el acento argentino no lo abandona, Stemberg ha estudiado a fondo las relaciones humanas: "desde los 18 años me dediqué a la investigación del comportamiento del ser humano y sus actitudes".
Ese interés es de tiempo completo, por eso da conferencias y está al frente de organizaciones no gubernamentales que promueven el desarrollo humano.
Tirando la cuerda
La mejor terapia para Stemberg es viajar al mar con su caña de pescar y pasar, horas de horas, esperando por un gran pez.
Acapulco, en México, es el sitio favorito para esas aventuras a donde suele ir acompañado.
"Me gusta mucho cocinar y cuando pesco hago ceviche para compartir la comida con los compañeros de viaje".
Dice no tener uno, sino 350 mil hijos distribuidos por todo el mundo. "Toda la gente que está en los cursos, que damos en 105 países, son mis hijos", bromeó agregando que tiene una hija.
Costa Rica le parece un sitio con muy "buena onda" porque es un país sin los conflictos armados que han marcado a muchas naciones latinoamericanas. "Este es un buen lugar para vivir", dijo muy convencido.
Y para cerrar la conversación, Stemberg insistió en que solo con una mente en paz se puede disfrutar de la vida.