Norkis Batista lleva apenas dos papeles de experiencia en la televisión y en los dos tuvo que ser bien mala. Al mediodía era Desiré, una mujer dispuesta a hacer cualquier cosa por dinero en Juana la virgen , y por las noches en Mi gorda bella se convierte en la caprichosa Chiquinquirá Lorenz, ambos transmitidos por Canal 7.
Dos papeles que asumió sin ninguna experiencia y que le han abierto las puertas y despertado una pasión por actuar que desconocía.
Antes de meterse en el set Norkis, de 26 años, ya era una de las modelos más conocidas de su país. Fue la cara y el cuerpo de importantes marcas publicitarias y de pasarelas y hasta llegó a convertirse en reina de belleza pues, entre otros concursos, fue primera finalista del Miss Venezuela, en 1999.
Hoy su vida es un ir y venir entre filmaciones, anuncios y sesiones fotográficas. De los siete días trabaja siete, pues es consciente que este es su mejor momento y está dispuesta aprovecharlo.
Aún así, encontró unos minutos en su apretada agenda para dar una entrevista a Teleguía en la que confesó que tiene cuatro meses de casada y acaba de terminar su primer calendario. También anunció que, si todo sale bien, por fin la veremos de buena en el papel principal de una novela.
Ingresaste a la farándula como modelo y te volviste una de las más conocidas de tu país...
Empecé como modelo quemando todas las etapas: primero fui promotora de eventos para importantes marcas (Movilnet, Crysler, Veltel y Polar), trabajé como modelo de imagen, comerciales de televisión y también hice pasarela.
En el 99 participé en el Miss Venezuela y quedé como primer finalista. Luego hubo una controversia muy grande porque iba a ir a Miss Mundo y no fui por un problema con la franquicia, y eso hizo que el público se identificara conmigo. Aun así fui a cuatro concursos internacionales de los cuales gané tres (Miss Atlántico Internacional Venezuela 1999, Miss Atlántico Internacional 2000 y Miss Latina Internacional 2000). Cuando regresé se presentaron miles de ofertas para hacer programas de televisión.
¿Cómo diste el brinco a la televisión?
Cuando Radio Caracas (RCTV) se enteró de que mi contrato con Venevisión, el canal de Miss Venezuela, se venció, me llamaron para hacer un casting para novelas, pero yo no quería porque en mi vida nunca he estudiado actuación, ni he llevado un curso de nada. Yo quería prepararme antes, para sentirme más segura.
"Aun así hice el casting y a las dos semanas me llamaron para hacer el papel de Desiré en Juana la Virgen . Lo acepté y fue la mejor experiencia de mi vida".
¿Entonces sos actriz por pura casualidad?
Sí, creo que ya lo llevaba en la sangre. Es una faceta que formaba parte de mí y que no conocía, una vez que la llevé a la práctica descubrí que es mi verdadera pasión.
Y ¿qué fue lo más difícil?
No fue nada fácil porque la escritora y el director del proyecto no tenían la más mínima confianza en que yo pudiera hacer el personaje bien; sin embargo, me dieron la oportunidad y se dieron cuenta que valió la pena.
"El actor Eduardo Serrano (Rogelio, en la novela) y el resto del elenco de Juana la Virgen me ayudaron muchísimo. Pero aparte de los nervios del inicio, no fue difícil para nada".
¿Y ahora con cuál de las dos facetas te quedás?
Estoy haciendo las dos cosas: cuando tengo una mañana libre hago fotografías para un catálogo de ropa íntima y comésticos, también hago comerciales y campañas de publicidad. Acabo de terminar mi calendario...
Es tu primer calendario...
Así es, haremos el lanzamiento en quince días, lo hicimos en Los Roques (archipiélago de Venezuela en el mar Caribe), son fotos en vestido de baño y hay algunas en topless . Decidí hacer este calendario por que mi esposo me apoyó, como en todas las cosas que hago.
En la novela eres una niña mimada y millonaria. ¿En la vida real te parecés a la Chiqui?
En nada, en lo que me podría parecer es en que me gustan las cosas buenas de la vida: ropa bonita, no vivo de la moda, pero me gustan las cosas buenas, pero de millonaria nada, ¡ojalá!.
¿Te han propuesto estelares?
Todavía no me han dicho nada, pero hice un "demo" como protagonista para un nuevo proyecto que se va a hacer el año que viene, la novela se va a llamar Mujer con pantalones y espero que se apruebe.
¿Empezar de mala fue un buen comienzo?
FÍjate que sí, me encantó.
Te han hecho ofertas que hayás rechazado?
Sí, una vez, en mis inicios, me propusieron hacer Playboy y no acepté porque me dio miedo que eso coartara mi carrera como modelo. En ese momento lo que quería hacer era participar en Miss Venezuela.
¿Aceptarías hoy?
Estudiaría muy, pero muy bien la propuesta.
¿Cómo sobrellevás la fama, porque me imagino que la privacidad es algo que has ido perdiendo?
Un poquito, a veces salgo a la calle y tengo que salir corriendo. Pero es rico saber que estás llegando a los hogares de la gente y que le estás gustando al público. Claro hay días que no quiero ni siquiera contestar el teléfono
Tu esposo, Leonardo Luttinger, es odontólogo, pero también modelo, ¿sigue activo?
Sí, trabaja como odontólogo pero también hace sus comerciales. Lo van a ver en algunas escenas de Mi gorda bella interpretando a un gerente de banco que le recibe un depósito a Tza Tza Lanz.
¿Una cara bonita abre puertas?
Hasta hace poco decía que no importaba, ahora creo que definitivamente con una cara bonita se abren más rápido.
- ¿Crees en Dios?, ¿cuánto tiempo le dedicás?
Mi vida entera pienso en Él, no soy creyente de santos ni iglesias, no voy a ir un domingo a una iglesia a hacer una oración, no. Mi oración es interna con Él, todos los días de la vida internamente le doy gracias por todas las cosas que me pasan, no soy partidaria de ir a una iglesia, arrodillarme ante un cura y decirle todos mis pecados. Creo que un cura podría ser tan pecador como yo, prefiero hablar con Dios porque solo Él me va a escuchar y solo Él me va a ayudar.
¿Algo que hayas querido hacer y por trabajo lo has pospuesto?
Mi luna de miel... Me casé en mayo y hasta que terminen las grabaciones de Mi gorda bella , en dos semanas, nos vamos. Creo que vamos a París.
¿Qué pensás de las operaciones estéticas, te has realizado alguna?
Yo no me he hecho ninguna y claro que estoy de acuerdo con ellas, ¡uh!, cien por ciento de acuerdo. No me he hecho ninguna, pero estoy segura de que cuando las necesite voy corriendo.