París, 10 oct (EFE).- Con motivo del 50 aniversario de la muerte de Robert Capa, la Biblioteca Nacional de Francia consagra una retrospectiva sobre el trabajo del fotógrafo, con 200 imágenes reunidas bajo el titulo de "Capa, conocido y desconocido"
Más allá de las imágenes famosas de su trabajo como primer gran reportero de guerra, Capa plasmó en su obra una "increíble compasión por el género humano", en palabras de Laure Beaumont-Maillet, comisaria junto con Francoise Denoyelle, de la muestra.
Con su maquina de fotos, Capa cubrió cinco conflictos bélicos en menos de veinte años, desde la Guerra Civil española, en la que tomó partido por la República, hasta Indochina, donde perdió la vida al pisar una mina, a los 45 años.
Reconocido desde 1938 como el mejor corresponsal de guerra y elevado a los altares de la profesión como el padre del foto-periodismo, Capa llevó su divisa de "si tu foto no es buena es porque no estás suficientemente cerca" hasta el último extremo, y así estuvo en la primera línea del desembarco de Normandía, en Omaha Beach, a dónde llegó junto a las tropas estadounidenses.
Con ese perfil, los visitantes de "Capa, conocido y desconocido" corren el riesgo de quedar un tanto sorprendidos, e incluso decepcionados, pues la muestra recoge, pero no destaca, al mito romántico del "mejor fotógrafo de guerra" de la historia.
Están, por su puesto, los iconos de Capa -el republicano español alcanzado por una bala o el desembarco de Normandía-, pero quedan casi eclipsadas por otras imágenes de pequeño formato que no tienen nada que ver con la guerra y que no siempre son buenas.
Emerge ahí un Capa interesado en los actores y víctimas anónimos de la historia, como un ciclista del Tour de Francia, un reservista francés en agosto de 1939, un campesino chino en 1938, un huérfano español en 1939 o un grupo de mujeres llorando la muerte de un adolescente en Italia en 1943.
Es una exposición que huye del efectismo, ya que todas las imágenes se muestran al mismo nivel, con parecido formato, en un largo pasillo, en que se muestran además documentos gráficos en vitrinas, ya sean libros o revistas en las que publicaba su trabajo, así como películas y testimonios sonoros.
El interés de esta exposición cronológica está precisamente ahí, en que más allá de los momentos fuertes que marcaron su carrera -la Guerra Civil española, China, la Segunda Guerra Mundial, la creación del Estado de Israel e Indochina- el visitante sigue paso a paso la trayectoria de un fotógrafo desde su primera gran foto, un retrato de Trotski en 1932 a la creación de la Agencia Magnum en 1947.
Un recorrido que no pasa por su país, Hungría, donde nació con el nombre de Endre Friedmann, pero sí por sus últimos años parisienses, sin olvidar sus amores con la también fotógrafa de guerra Gerda Taro, el gran amor de su vida, que falleció atropellada por un carro de combate en España, en 1937, o con la actriz Ingrid Bergman.
Casi la mitad de las fotos de la exposición son propiedad de la Biblioteca Nacional de Francia, que las adquirió en 1964.
Se encuentran también ocho libros que en su día incautó la dirección de la seguridad nacional y que fueron redescubiertas en los Archivos nacionales en la década de los años 80, en los cuales estaban pegadas 4.600 negativo, todos de la guerra en España.
El problema es que figuran tres autores y no se sabe a quien pertenece cada cliché, si a Capa o a David Seymour (co-fundador de Magnum) o a Gerda Taro.
Completa la muestra un conjunto de imágenes inéditas que Capa había confiado a la revista "Matchet" y al diario "Paris Soir", y que ahora conserva la Biblioteca histórica de la Ciudad de París.
En todas sus fotos, pero en especial en estas últimas, se percibe claramente el método Capa: la imagen símbolo, el sentimiento y el movimiento. EFE
cat/va