
Miami AP Con demostraciones de dolor y renovados llamados y promesas para combatir el cáncer de seno, decenas de familiares, amigos y fanáticos honraron y se despidieron el viernes de la cantautora Soraya, en una ceremonia religiosa poco convencional en Miami.
Sin la presencia de numerosas figuras del espectáculo y con un marcado hermetismo de los organizadores, la misa comenzó con una demora de más de media hora en la iglesia cristiana Unity on the Bay, ubicada junto a la bahía en un vecindario aledaño a la ciudad.
"Estamos celebrando la vida, estamos celebrando una gran vida que dio vida a tantas personas", expresó la reverenda Elizabeth Longo ante unas 250 personas que se congregaron a darle el último adiós a Soraya en una sala sin cruces similar a un anfiteatro, con una pantalla gigante que proyectaba vídeos y fotografías de la cantante a cada lado del altar.
Soraya Lamilla, que había cumplido 37 años en marzo y falleció el miércoles en Miami, fue una de las voceras hispanas más importantes de la lucha contra el cáncer en Estados Unidos y en América Latina. Sus familiares y amigos no ofrecieron detalles del funeral ni dijeron si sería enterrada o incinerada, como tampoco dónde.
Entre las pocas figuras reconocidas que pudieron verse en la ceremonia estaban el cantante y compositor puertorriqueño Luis Fonsi --cuya novia Adamari López, también padeció cáncer de seno-, la cantante chilena Myriam Hernández, el compositor Fernando Osorio y el flautista boricua de jazz Néstor Torres, además de funcionarios del sello EMI Music, con el que Soraya producía sus canciones.
"Estoy viviendo esto todos los días", dijo Fonsi, refiriéndose a los padecimientos del cáncer de seno que también afectan a su pareja.
En la puerta de sala, una niña de seis años entregaba a los presentes un folleto con la foto de Soraya que instaba a seguir con su causa y a contribuir con dinero a la Fundación de Seno Susan G. Komen.
El folleto tenía una carta de Soraya titulada Mañana en la que decía que "constantemente debo hacer una revisión de mí misma para cerciorarme de no perder ni olvidar las invaluables lecciones impartidas por la adversidad y el dolor".
"Esta es una celebración de ella, que era una persona llena de sueños", dijo María Meyer, que conoció a Soraya como persona y profesional hace más de una década y señaló que en los próximos meses será lanzado su libro, una especie de diario de sus experiencias.
Otra de sus amigas, Gabriela Martínez, manifestó que recibió con shock , incredulidad y enorme tristeza la noticia de su muerte.