Cuando el pasado 18 de junio, Mauricio Fernández Picado recibió la medalla de oro, en la IV Olimpiada Nacional de Química, no pudo dejar de pensar en su bisabuelo: el doctor Clorito Picado, el científico más prominente que ha dado Costa Rica, en el campo de la medicina.
Estudiante del Colegio Científico de Cartago, adscrito al Instituto Tecnológico de Costa Rica, Mauricio dice que la vida y la obra de Clorito Picado será siempre un referente para él y, por esa razón, desea seguir sus pasos como investigador.
El arte también circula en las venas de este joven de 17 años. Su abuelo materno fue Mario Picado, poeta nacional de gran trayectoria, al igual que lo es ahora su tía, Lil Picado.
“A mí me ha dado por la música. Empecé a estudiar piano cuando tenía 7 años, en la Universidad de Costa Rica, salí cuando tenía 11 y volví a los 15 y quiero ser concertista”, contó el simpático joven.
Su objetivo, cuando ingrese a la educación universitaria, es llevar dos carreras paralelamente: química y matemática.
Sus padres, Ricardo Fernández e Iris Picado, son profesionales en sistemas de información, pero aunque en primera instancia su hijo se sintió llamado por esa disciplina, al final decidió que lo suyo eran las ciencias básicas.
El joven vive en Pinares de Curridabat y los sábados asiste a clases de piano, luego de cumplir con sus obligaciones estudiantiles, en Cartago.
En su familia hay dos hermanos menores, Mariana de 11 años y Daniel de 8.
Mauricio se considera un estudiante aplicado, que pone atención en clase y se prepara debidamente para sacar buenas notas en los exámenes.
Uno de sus ideales es concluir sus estudios universitarios y obtener una beca para estudiar en el extranjero y sacar una especialización.
No tiene novia, pero sí muchas amigas. “Todo a su momento”, dice el joven.
Antes de ingresar al Colegio Científico de Cartago –donde cursa cuarto y quinto año–, estuvo en el Colegio Internacional Canadiense y en el Metodista.
“Estoy muy agradecido con el apoyo de los padres, quienes me inculcaron el amor por el estudio”, expresó.
Más ganadores
La IV Olimpiada Nacional de Química es organizada por la Universidad Nacional (UNA) con el apoyo del Ministerio de Educación Pública y del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
La medalla de plata le correspondió a José Alejandro Murillo del Colegio Bilingüe Santa Cecilia. Elián Watson del Colegio Sagrada Reina de los Ángeles recibió la de bronce y Emanuel Vargas del Colegio Científico de San Carlos obtuvo una mención.
Esos cuatro jóvenes, junto a los estudiantes que lograron los
puestos del quinto al décimo en la categoría A (10°, 11° y 12°
nivel de secundaria), recibirán preparación por parte de profesores de la Escuela de Química de la UNA para participar en una última eliminatoria nacional, en la última semana de agosto, donde se seleccionará a los cuatro colegiales que representarán a Costa Rica en la Olimpiada Iberoamericana de Química en Castellón, España, que se realizará del 30 de setiembre al 8 de octubre de este año.