Madrid. La película Tinta Roja , del peruano Francisco Lombardi, es una obra sobre el aprendizaje y la búsqueda de identidad de un joven en el mundo del periodismo amarillo, señaló en Madrid Gianfranco Brero, el actor protagonista del filme.
Lombardi no pudo acudir a la capital española para presentar su trabajo, pero sí lo hizo Brero, que obtuvo por esta película la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de San Sebastián de 2000, y los máximos galardones en los certámenes de La Habana y Cartagena de Indias.
En la cinta, Lombardi bucea en el mundo de los profesionales curtidos en el periodismo amarillo y de los recién llegados al oficio, aprovechando así la ocasión para retomar el viejo mito del maestro y el aprendiz.
Brero es el periodista de sucesos con tantas tablas en el oficio como cinismo, que, inicialmente, rechaza al aprendiz (Giovanni Ciccia) por su carácter pasivo y complaciente y por entender que su alma blanca y ortodoxa no va en absoluto con los métodos agresivos y heterodoxos que se precisan en su trabajo.
Para este actor, Tinta Roja es más que una película sobre el periodismo, un filme sobre el aprendizaje, sobre ese joven "en busca de identidad" y un hombre maduro que "ve en él la posibilidad de trascender, de que el joven sea lo que él no pudo ser".
Al igual que su personaje, Brero cree que "el periodismo, como la prostitución, se aprende en la calle. Y eso es algo que comparto en cualquier oficio. Es la práctica la que hace al profesional".
No comparte, sin embargo, el interés de su personaje por el periodismo sensacionalista.
"No lo leo, no me interesa, no me motiva", explicó el actor quien enfatizó: "La pelea por los lectores es feroz y yo vengo de un país donde esa fiereza ha desatado unos escándalos políticos insufribles. Ojalá que aquí no lleguen nunca a eso".
Como ejemplo, citó el fenómeno de la "prensa chicha" de Perú, periódicos de tirada inferior a los 150.000 ejemplares, en una ciudad como Lima con 8 millones de habitantes.
"Este tipo de periódicos tienen unos titulares inmensos, para que la gente los vea desde el autobús. Y desde el autobús ve lo que está pasando en el país; por eso el gobierno de Fujimori utilizó esto para hacer lo que le daba la gana".
Lombardi ofreció el papel a Brero, un habitual en su filmografía, dos semanas antes de empezar a rodar, pero el actor tuvo tiempo para buscar referencias entre los periodistas de sucesos peruanos, explicó.
No fue allí, sin embargo, donde encontró la clave de ese Faúndez al que encarna, según explicó, sino en gente que conocía y tenía, dice, "esa forma de hablar hosca y dura".