Por Rocío Ayuso
Los Angeles (EEUU), 27 ago (EFE).- Con el sexo como mejor reclamo publicitario, "The brown bunny" llega hoy a las pantallas estadounidenses a pesar de que la crítica estaba segura de que el filme de Vincent Gallo nunca podría ser visto en este país.
Así lo dijo la revista "Entertainment Weekly", al adelantar que "nadie en Estados Unidos podrá ver nunca un fotograma del filme".
Afirmación errónea como lo demuestra la llegada hoy de esta obra a unas pocas pantallas de Los Angeles y Nueva York, y el 2 de septiembre a varias salas de Boston, San Francisco y Chicago.
El escándalo le ha abierto la puerta a esta película escrita, dirigida, producida, interpretada y fotografiada por Gallo.
La controversia está unida al filme desde que tuviera el peor de los estrenos durante el Festival de Cannes de 2003.
Entonces fue considerada como "la peor película presentada nunca en un festival", además de un ejercicio de "narcisismo" de su autor, que también conoció la polémica con su obra anterior, "Buffalo 66".
Aun así, la curiosidad sexual ha llevado a "The brown bunny" a las pantallas estadounidenses, remontada en contenido, con 26 minutos de nuevo metraje, pero con su escena sexual intacta.
Se trata de una felación entre la actriz candidata al Oscar Chloe Sevigny y Gallo, una escena directa y a la vista de todos con un realismo inusual entre intérpretes que no se dedican al cine pornográfico.
"La escena tiene mucho más sentido cuando el público la ve por sí misma", ha explicado la intérprete, conocida por trabajos atrevidos como el de "Boys don't cry" pero que nunca había hecho algo tan explícito en pantalla.
La escena también se ha convertido en el centro de una polémica campaña publicitaria en Los Angeles, donde una valla en la que se reproducía la imagen de Sevigny entre las piernas de Gallo practicando el sexo oral tuvo que ser desmontada a los pocos días de su instalación sin que nadie ofreciera detalles del porqué.
Gallo ha declarado a la prensa que no siempre el escándalo es la mejor publicidad, pero en esta ocasión se trata de su mejor aliado.
Como afirma la crítica del periódico "Los Angeles Times", lo único inequívoco que se puede decir sobre "The brown bunny" es que "si hubiera sido realizada por un director novel, no estaríamos ahora aquí hablando de ella".
Bob Strauss, crítico del periódico "Daily News", recuerda que como profesional no debe de centrar su juicio en "la explícita" escena sexual.
"Pero, qué remedio, es el único momento de clímax de la cinta", admite sin evitar el chiste fácil.
El filme llega a las pantallas en un año en el que están a debate los patrones morales del mundo del espectáculo, especialmente después de que Janet Jackson comenzara 2004 enseñando un seno en uno de los conciertos de mayor audiencia en el país.
Gallo ha querido eliminar de su película el estigma sexual al describir como "referencias icónicas" lo que para muchos críticos son escenas de sexo gratuito.
Para ello ha preferido evitar la clasificación moral de la Asociación Estadounidense del Cine, que hubiera clasificado el filme como para mayores de 17 años, y ha estrenado "The brown bunny" sin este requisito voluntario.
No es la primera película que opta este año por esta solución, entre ellas la protagonizada por Ewan McGregor, "Young Adam"; o el último estreno del realizador de "El último tango", Bernardo Bertolucci, "The dreamers", ambas llenas de contenido sexual explícito.
Una solución que evita cualquier censura por parte de la Asociación Estadounidense del Cine, organismo de autorregulación en el que están aunados los principales estudios de Hollywood.
Gallo insiste en que el sexo no es el centro de su película, que está "diseñada para gente sofisticada" que entiende su estética.
Irónicamente, el director podrá defender esta idea la próxima semana en Nueva York, una de las pocas ciudades en las que "The brown bunny" llegará a las pantallas y donde se celebra la Convención Republicana en la que Gallo, firme defensor de la política de George W. Bush, piensa tomar parte. EFE
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