Era el último peldaño para concluir su misión: conocer cara a cara a Miguel Rodríguez Orejuela, el segundo jefe del cartel de Cali y uno de los hombres más buscados en el mundo en ese momento.
Pero ese encuentro le habría costado la vida al costarricense Antonio Danilo Carmona Ocampo --que trabajaba para la DEA (Agencia de Lucha Antidrogas estadounidense)-- y a su esposa, Emilia Fallas Araya. Ambos desaparecieron desde el 14 de agosto del año pasado, tras viajar a Colombia.
Aunque aún no han aparecido los cuerpos de los costarricenses, Róger Segura Carmona, hermano y apoderado legal de Antonio, aseguró a La Nación que, la semana pasada, tres agentes de la DEA que investigaban la desaparición visitaron su casa para informarle sobre el destino de la pareja.
En su respuesta, los oficiales estadounidenses habrían manifestado que un importante testigo --miembro del cartel y quien recientemente se entregó en Estados Unidos-- aseguró haber presenciado el asesinato de los costarricenses a manos de sicarios de Miguel Rodríguez Orejuela (capturado por el Bloque de Búsqueda de Cali, el 6 de agosto).
De acuerdo con Segura, los agentes también le confirmaron que Carmona se encontraba realizando "una misión especial para dar con los jefes del cartel de Cali" y que su esposa, Emilia Fallas, desconocía completamente los alcances de su trabajo. "Dijeron que ella estaba en el momento y en el lugar equivocados", comentó.
La ejecución aparentemente ocurrió en uno de los terrenos, propiedad de los capos de Cali, llamado "La casa de la muerte", luego de que descubrieron la verdadera identidad de Carmona.
Esa versión fue confirmada a La Nación por una fuente confidencial en Santafé de Bogotá, Colombia. Los informes indican que la propiedad lleva el mismo nombre, cuenta con más de 2.000 hectáreas y se encuentra al norte del departamento de Valle (al que pertenece la ciudad de Cali).
El informante en Colombia también indicó que la Policía Nacional de ese país pidió a Estados Unidos que les prestaran un grupo de perros especialmente adiestrados para detectar restos humanos.
Hace diez días habría finalizado la intensa búsqueda en la finca, realizada por miembros de la DEA en Colombia y por policías de ese país. Lo único que se encontró fueron "los huesos de una vaca".
Testigo de la muerte
De acuerdo con la información suministrada en Colombia, la búsqueda de los costarricenses --y de 40 personas más-- se inició a raíz de las declaraciones de Guillermo Pallomari, jefe contable del cartel de Cali, quien se entregó a la DEA hace unos dos meses. Las características de ese testigo coinciden con las suministradas por la DEA en Costa Rica a las familias de los desaparecidos.
Según Segura, los agentes de esa dependencia policial estadounidense le explicaron que "el testigo" había identificado, como parte de los muertos, a su hermano y su cuñada, luego de ver una fotografía que ellos mismos suministraron. Pallomari, de origen chileno, es calificado como el testigo más importante para establecer cargos contra los capos de Cali pues conocía los códigos, cuentas y finanzas de la organización narcomafiosa.
Actualmente, el contador --que se entregó a la DEA luego de que asesinaran a su esposa-- se encuentra celosamente custodiado en algún lugar de Estados Unidos pues corre peligro de muerte por la información que posee.
La revista Cambio16-Colombia publicó hace dos semanas una información exclusiva sobre las declaraciones del jefe contable, basada en informes suministrados por un agente de la DEA en Washington. En el texto se menciona que Pallomari reveló la existencia de cuentas corrientes del cartel en Costa Rica; sin embargo, aún no han trascendido los detalles.
El último viaje
Carmona y su esposa, quienes contrajeron matrimonio en enero de 1994, viajaron a Cali el 12 de agosto de 1994 y aseguraron a sus familiares que regresarían tres días después.
El director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, Ramiro Bejarano Guzmán, confirmó al cónsul de Costa Rica en Colombia, Antonio Obeso de Mendiola, que los esposos llegaron a esa ciudad en la fecha indicada y se hospedaron en el hotel El Peñón, ubicado en la calle 1 oeste N°ree; 2-61.
También localizaron un registro de salida de la pareja hacia Panamá, con fecha 21 de agosto. Por eso, la búsqueda --durante el año y dos meses que tienen de desaparecidos-- siempre se orientó hacia ese país centroamericano.
Pero el testigo en Estados Unidos asegura que esos registros de salida son falsos pues corresponden a otras personas a las que el cartel pagó para que simularan la salida y, de esa manera, perder la pista en Cali.