EscucharUn laberinto será el que reciba a los asistentes a la exposición de Sila Chanto. Tangencias: así se llama la muestra, que se abrió en el museo de Arte y Diseño Contemporáneo (antigua FANAL). Este trabajo fue expuesto ya en la VII Bienal de La Habana desde noviembre de 1999 hasta enero de este año. La primera pieza que inaugura la exposición se llama Muro. Es una larga tela que conforma un laberinto de sombras trazadas en ella; pero no son sombras comunes, son las siluetas de seres que orinan contra la pared: 48 hombres y tres mujeres además de dos perros. Según Chanto, esta es "una imagen que surge del paisaje urbano que está lleno de hombres orinando la pared. Eso (orinar contra la pared) es una forma de apropiarse simbólicamente del espacio". Definitivamente, las relaciones de poder siguen siendo la temática de Chanto, y la cuestión del género se respira en Tangencias. En el paisaje urbano, a la mujer le toca desplazarse en un espacio demarcado por los orines de los hombres. Ante este panorama, Chanto propone jugar con esa realidad y revertirla. "Finalmente, yo le doy a la pieza la forma que quiero; además, ellos están posando para mí", expresa la artista. Esta es la pieza más extensa que ha elaborado Chanto. Las otras piezas de la muestra son Los mojados, en la cual se mantienen algunos personajes de Muro. En esta obra se abandona el laberinto para hacer callecitas y, con un proyector, se colocan imágenes de agua que cae. Aquí, la autora quiere dejar claro que estamos determinados por los fluidos de los otros. La última pieza es un módulo de una mayor llamada Noches blancas; la que se expone es un autorretrato, de Chanto durmiendo.
