LONDRES (AFP) - Oro y documentos que los nazis querían trasladar a Sudámerica, submarinos, contraseñas, burdeles en España: los servicios secretos británicos desclasifican las aventuras de un espía argentino que trabajaba como agente para Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
El caso de Ernesto Hoppe, que parece salido de las páginas de una novela de espionaje, forma parte de la decena de expedientes que los servicios de inteligencia británicos MI5 entregaron recientemente a los Archivos Nacionales, que los saca a la luz este martes por primera vez.
Según el documento KV2/2636, Hoppe fue reclutado por el servicio de espionaje alemán y trabajó para los nazis en una misión secreta que consistía en trasladar dinero y documentos de altos dignatarios del III Reich a Argentina.
Según ese documento hasta ahora secreto, Ernest August Paul Hoppe nació en Brand, Alemania, el 7 de julio de 1891, y emigró a los 16 años a Argentina, donde obtuvo la nacionalización en 1918. Tenía un garaje y una autoescuela en la calle Bulnes, en Buenos Aires.
En un viaje a Alemania, alrededor de 1940, Hoppe fue contactado por los nazis para que trabajara con ellos en labores de inteligencia, revela el expediente que se puede leer desde este martes en los Archivos Nacionales británicos en Kew Gardens, al oeste de Londres.
Su misión "estaba vinculada con el contrabando de objetos valiosos robados por los nazis en países ocupados, que debía llevar clandestinamente a Argentina", añade.
El espía nazi viajó a Bilbao, donde tomó un buque hacia Buenos Aires. Fue arrestado en Gibraltar, en octubre de 1942, por los servicios de inteligencia británicos, que habían recibido una denuncia sobre sus actividades.
Hoppe fue llevado al famoso 'Campo 020', el centro de detención en Latchmere House, al sur de Londres, donde se interrogaba a los espías enemigos capturados en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Unos 500 espías fueron internados allí durante el conflicto bélico, de los cuales unos doce acabaron ajusticiados.
Tras varias semanas de interrogatorios, durante las que protagonizó una fuga de un hospital militar donde había sido ingresado de urgencia antes de ser arrestado pocas horas después, el argentino reconoció que espiaba para los nazis.
En el interrogatorio, Hoppe contó que un oficial de la Luftwaffe le pidió que llevara un cargamento de unas 40 cajas a Argentina, que según el espía, contenían oro, joyas, dinero y documentos. Debía entregar las cajas a un hombre que usaría como contraseña la frase: "Vine para una lección, dígame la hora", se lee en el documento.
Primero, iba a viajar en un submarino que debía amarrar en la costa del sur de Buenos Aires, en un sitio llamado El Rancho, propiedad de un contrabandista. El desembarco estaba previsto en la época de Carnaval, para que pasara desapercibido. Pero luego cambiaron los planes y se decidió que viajara con su esposa embarazada. Se le dijo que recibiría el cargamento en Argentina, que él tendría luego que entregar.
Después de su confesión, el espía fue deportado a Argentina. Los servicios británicos ya no supieron más de él.
Pero el material desclasificado podría muy bien servir de inspiración a un escritor de novelas de espionaje. Las aventuras de Hoppe podrían publicarse en forma de serial semanal en un tabloide popular, sugirió en 1943 el autor del informe de los interrogatorios.
© 2007 AFP