Para Trinidad y Tobago todo acabó. El camino a Francia 98 se truncó hace varias semanas, los jugadores regresarán a sus clubes a esperar un nuevo proceso y el entrenador Sebastiao Pereira retornará a Brasil para aguardar que el trabajo llame de nuevo a la puerta.
Para ellos no queda nada... excepto soñar con vencer a Costa Rica. Y aunque muchos digan que los trinitarios no tienen qué ganar o perder, ellos no lo creen así y lucharán por defender el nombre futbolístico de su país.
"Es un juego muy importante para los dos equipos. Para Costa Rica porque se juega la clasificación y para nosotros por la posición de nuestro país en el mundo futbolístico", explicó con acierto el internacional Jerren Nixon, jugador del Zurich de Suiza.
Nixon explicaba así la razón por la cual decidieron no hablar con la prensa y concentrarse en sus habitaciones del hotel Herradura, a la espera del crucial encuentro.
Para el brasileño Pereira, quien a sus 58 años regresó a Río de Janeiro tras dirigir durante nueve temporadas a las selecciones de Qatar y Bahrein, la razón es más bien profesional.
"El cuerpo técnico y los jugadores somos profesionales y si jugamos es para ganar, no importa si es un partido oficial o un amistoso. En cualquier partido, esa es la vida del jugador. Si venimos aquí es para ganar", dijo en su mezcla de portugués, español e inglés.
"Necesitamos el triunfo, no podemos quedarnos con solo un punto. Hasta ahora nos faltó suerte para derrotar a Guatemala y Estados Unidos, pero si mañana (hoy) se nos presenta la oportunidad, vamos a ganar".
Camino de espinas
Pereira, en cuyo rostro resaltan los surcos que dejan los años, confesó que los tres meses que tiene de dirigir al equipo trinitario no resultaron un camino de rosas, pues ha enfrentado muchos inconvenientes para hacer su trabajo.
Desde su desconocimiento absoluto del futbol caribeño, pasando por los problemas para contar con los jugadores que militan en la isla y más aún con los que juegan fuera, Pereira afirma que Trinidad debe cambiar muchas cosas en su estructura, si quiere competir con equipos como Estados Unidos, Costa Rica y Guatemala.
"Es muy difícil trabajar así. Apenas pude tener a los jugadores esta semana, y eso que el lunes no entrenaron por discrepancias con el pago. Además, dos jugadores aún no han llegado a Costa Rica, David Nakhid y Dexter Francis. Nadie sabe dónde están".
Nakhid (juega en el Ansar de Líbano) es el capitán del equipo y junto con Nixon uno de los repatriados de los trinitarios en este partido, para el que ayer solo tenían 15 futbolistas.
"Costa Rica tiene todo para ganar mañana (hoy): su campo, su público, su clima y nosotros no tendremos a nuestras mejores figuras. Pero en el futbol siempre tenemos sorpresas, nunca se puede dar nada por cierto, excepto que en el campo serán once contra once". Más que una advertencia, el sueño de un rival que no se quiere despedir sin probar el sabor de la victoria.