Disfruta de la libertad que le da expresarse, y, en ese sentimiento de plena soltura, tiene más de un cómplice: una hoja de papel, los colores de su caja de tizas, una fotografía, un momento capturado en su memoria y la energía que le da la fuerza de sus 22 años.
Sin embargo, la mente creadora que motiva toda esa complicidad es la convicción de Ana Cristina Montoya Rodríguez, quien afirma ser por ahora tan solo "una pintora jugando a ser arquitecta".
Esta joven artista josefina expondrá por primera vez, de forma individual, a partir de hoy y hasta el 15 de abril, en la Casa de la Cultura Alfredo y Delia González Flores, de Heredia.
En la exposición pondrá al examen del público sus trabajos más recientes, así como sus primeros dibujos y pinturas, los que llevan impregnados el sueño de ser artista que la impulsa desde los ocho años.
"Voy a exponer cosas muy mías: el primer dibujo que le regalé a alguien (a su tía Liseth), los cuadros que hice durante mi estadía en Ecuador (cuando expuso junto a grandes pintores de ese país como Endara, Guayasamín y Voroshilo Bazante), y también los más recientes, hechos en tiza pastel -técnica que estudia actualmente-, para que la gente vea cómo somos yo y mi trabajo".
Ana Cristina presentará trabajos realizados en varias técnicas, como acuarela, lápiz y tiza pastel, las que tienen su encanto propio y esa dosis de libertad y poder que gusta a los creadores.
Soñar en grande
Ana Cristina combina su deseo de convertirse en una buena pintora, con otras actividades: es estudiante de arquitectura en la Universidad Véritas, insigne lectora de cuanto libro llega a sus manos, fanática navegante en la red Internet (donde tiene su propia página) y amante de los idiomas, de los que ya domina, además del español, el inglés y el francés.
"Creo que mantenerme tan activa es parte del secreto que me hace posible hacer todo lo que hago sin agotarme. La pintura es mi escape, mi refugio; por eso, cuando estoy más estresada con las cosas de la `U', más ganas tengo de pintar, de conocer el mundo, de hacer amigos por la Internet, de hacer cosas distintas", comenta, emocionada.
Para responder a toda esa vitalidad y esas ganas de conocer y hacer cosas distintas, Ana Cristina planea, para el segundo semestre de este año, hacer un viaje de tres meses por Europa, donde "lo primero que voy a hacer será visitar a los amigos y luego tomar fotografías como loca, para venir después a pintar".
Según Ana Cristina -quien disfruta de hacer retratos y paisajes en gran formato-, lo mejor de la pintura es la fuerza vivificante que tiene, porque uno puede captar un momento, un paisaje, y darle vida de nuevo cuando empieza a pintarlo.