En una mano el corazón y en la otra el teléfono. Así se planta a la entrevista Gustavo Cordera, el pelado ingobernable líder de la banda Bersuit Vergarabat, quien sigue hablando en plural cada vez que da declaraciones. "Mientras hable con el corazón, hay respeto de mis compañeros para que hable por ellos", confiesa.
Con un nuevo disco prácticamente terminado, la Bersuit no ha perdido un ápice de carácter, ceso y buen humor. La banda argentina sigue cazando los trofeos de un rock comprometido hasta el fondo con la vida de la gente común. Así nació Los hijos del culo, un disco que, según Cordera, le hace justicia a la historia de la banda. "Nosotros no somos personas que están bien y que venimos a contarle a todo el mundo lo bien que estamos, no, estamos hechos mierda: somos hijos del culo. Y aún así, queremos estar bien", explica Gustavo.
Este trabajo reúne 16 hitorias de ritmo intenso, que acaba de ser grabado en el estudio de su productor, Gustavo Santaolaya, en Los ángeles. Son historias como La bolsa, La petisita culona, La del toro, La vida boba, Negra murguera, Toco y me voy, Porteño de ley o El grasún las que ahora el grupo anda contando a voz en cuello.
Bersuit Vergarabat se alista a tocar donde sea, porque ahora los llaman de todas partes. "Tenemos muchísimas ganas de salir a tocar y de conectarnos nuevamente con la gente. Nos hicimos cargo de lo que somos y ya no tenemos más vergüenza, vamos pal frente", añade Cordera. El vocalista alterna las manos de su charla: el corazón está estrujado por las palabras, pero palpita más vivo que nunca.
Los hijos del culo, ¿es una crítica social o es un autoelogio?
Están las dos cosas y muchas otras. Es un autoelogio pero también podría llegar a ser una crítica social, porque todas las historias que se tejen en este disco son historias de perdedores, historias de gente hecha mierda. No quiere decir con eso que una persona que está hecha mierda tenga que hacer canciones depresivas y andar llorando por el mundo: uno puede recurrir a la fiesta y a muchas cosas para contar lo que le pasa. Este disco cuenta historias de esos hijos del culo que somos, y es como el hilo conductor de toda la narrativa del disco.
¿No es contradictorio hablar de perdedores cuando la banda está en su mejor momento?
Nosotros no vamos a dejar de venir de donde venimos ni de ser las personas que somos. Aunque ahora nos esté yendo bien, hay una parte de nuestra alma que verdaderamente está hecha mierda. Si hay algo que reúne a todos los chicos de Bersuit es que hay mucho dolor que tiene que ver con nuestra infancia y nuestra adolescencia, por un momento político y social. Y aún así, nos va bien porque creemos en lo que somos: contamos historias que tienen que ver con lo que le pasa a mucha gente. No somos seres distintos ni únicos; lo que nos pasa lo dignificamos, porque le damos otro estado de ánimo. No es para nada contradictorio. Ni todo el dinero del mundo ni toda la fama del mundo pueden sacarme el dolor que tengo en el alma: esa es mi estrella, mi sensibilidad, y mi forma de ver el mundo.
Hablás del nuevo disco en términos psiquiátricos. ¿No crees que los que están psiquiátricos son los músicos y no la música?
Nosotros creemos por lo menos yo que adentro de cada uno de nosotros no hay una sola persona, íntegra y unitaria, y una sola personalidad. Somos muchos a la vez: somos niños, padres, hijos, hermanos, amigos, perversos, justicieros, egoístas, miserables, engañadores, y a la vez leales, apasionados y fríos, maricones, machos y muchas cosas a la vez. Son personajes que pujan por salir y se alternan. Nosotros jugamos libremente con los personajes que van saliendo, porque conforman nuestras miserias, que son nuestros datos distintivos y a la vez nuestras virtudes.
¿Cómo diagnosticas este nuevo trabajo?
Es muy saludable, con mucho corazón. Para mí la síntesis es mucho corazón.
Con el tiempo, ¿qué se apacigua y qué se excita en la personalidad de la Bersuit?
Se apacigua el odio y se excita el corazón. Creo que se está ingresando a lugares del alma mucho más comprometidos porque se están disolviendo las posturas que el alma misma tiene con respecto al odio y al resentimiento que sentís. Creo que este disco es muy apasionado y es eso lo que nos pasa: muchas cosas nos despiertan mucha más ternura y alegría. Estamos más metidos a lo que le pasa a la gente y en lo que nos pasa a nosotros.
Antes eran polémicos. Ahora son famosos. ¿Cuál adjetivo quisieras que viniera a continuación?
No me gustan los adjetivos. No somos famosos ni polémicos. La realidad es bastante más polémica y escandalizante que nosotros; nosotros sólo fotografiamos esa realidad. Cualquier adjetivo siempre estrecha la posibilidad de que la gente pueda hablar. No me considero una persona adjetivable, me considero un ser humano muy apasionado que está haciendo algo increíble: poder realizar sus sueños musicales y literarios a través de discos y recitales.
¿Cómo va el discurso contra el poder, ahora que el mercado está saturado de rebeldes?
Nosotros no tenemos una postura rebelde. Nosotros hacemos las cosas de corazón: la postura más revolucionaria que podamos darle hoy al mundo es hacer lo que el corazón nos dicta.
Hay muchas causas llenas de corazón.
No lo creo. Muchas responden a estrategias políticas y a posturas muy artificiales, y a snobismo y a cosas que tienen que ver con el marketing. Yo me refiero al verdadero corazón.
¿La situación argentina sigue tirándoles de la lengua para cantar o se va universalizando el resentimiento?
Yo creo que se está universalizando y por otro, creo que cada país tiene sus datos particulares. Creo que hoy Argentina está a la vanguardia de lo que podría llegar a ser la decadencia en un país latinoamericano. Todavía no tocamos fondo pero creo que va a ser uno de los países más pobres del mundo dentro de poco. Tenemos una dirigencia política nefasta en todo sentido: cobarde, corrupta y ruin. Los que manejan el poder, en general, son realmente lamentables.
¿Cuál es la fuente primordial en estos tiempos, para decir algo distinto: el amor o el odio?
Forman parte de la misma cosa, no encuentro ninguna diferencia entre el amor y el odio.
¿Qué tan buena es la fama como droga?
Es la droga más peligrosa: estupidiza de tal manera que podés perder el alma en muy poco tiempo, mucho más rápido que con la cocaína o con alguna droga lisérgica pesada, como la heroína. Es mucho peor. Yo me cuido muchísimo de eso, sé perfectamente que es un juego y que, además, es un juego aburridísimo.
Decís que este es el mejor momento de la banda. Dicen que estar bien significa estar preparado para lo peor.
Hay que estar preparado para todo lo que venga. Se vienen tiempos difíciles y hay que tener una respuesta a la decadencia: tratar de dar un buen estado de ánimo, apoyar anímicamente a la gente que está mal, a los seres queridos y a los que te necesitan. ¡Che, se vive muy mal acá! Uno tiende a tirar para abajo, porque ese es el mensaje: que estamos hechos mierda y que no vamos a salir adelante; así se puede gobernar fácilmente.
"Si la gente tomara conciencia de sus propias fuerzas esto cambiaría en un minuto: en un minuto se puede hacer una revolución implacable. Los seres humanos somos lo que creemos, no otra cosa. Es tan sencillo como tomar conciencia de la fuerza que tenes y de quién es tu enemigo. Un minuto de lucidez social y se termina t-o-d-o".
Muchos ya ni siquiera tienen la opción de pensar.
Lógico que la gente no la tenga: porque te quitan la comida, porque te cobran impuestos tremendos, porque te mandan a la policía y al ejército para que te repriman. Atomizaron a toda la gente. Hay un levantamiento de 500 o 1500 personas y lo neutralizan pero, ¿qué pasa si se levantan 30 millones de personas? La pregunta es, ¿quién se quiere hacer cargo de su propio destino? ¿Quién quiere dejar de estar mal de verdad?
Yo.
Yo también: ya somos dos. De eso se trata: de ir encontrando gente. Esa es la intención de la banda.
Cómo, dónde, cuándo
¿Qué? Concierto con Bersuit Vergarabat, Proyecto Uno, Marfil, Innis (solista).
¿Dónde? Parque de la Paz, sector sur. Rotonda de la Y Griega.
¿Cuándo? Sábado 8 de julio.
Hora : de 10 a. m. a 3 p. m.
Entrada : gratuita.