Goicoechea y Carmelita se enfrascaron ayer en una disputa donde predominó la paridad de fuerzas, que se reflejó en el empate a uno con que finalizó el cotejo.

Partido de iguales en el campo. Equilibrio en aciertos y errores. Juego entrenido, que decayó con el cansancio de los actores y la igualdad en el marcador.
Inicio de toque y control de pelota por ambos bandos. Ni guadalupanos ni carmelos renunciaron al trato cariñoso del balón, por los espacios vacíos del seco césped del coliseo morado.
El toque y el futbol agradable se adueñó de los primeros 45 minutos de juego.
Antes del final de la fase inicial, un avance de los anfitriones le permitió al veterano Erick Rodríguez romper el equilibrio y poner en ventaja a los guadalupanos.
En el entrenido discurrir del cotejo, una acción sembró la duda. La expulsión del defensa carmelo Mauricio Sánchez, quien después de recibir una falta le fue enseñada la tarjeta roja, ante el asombro de la escuálida asistencia.
Segundo episodio de presión verdolaga sobre la salida de los benjamines. Balanza que se inclina en forma temporal a favor de los alajuelense a través de una mejor oxigenación en su medular. Minuto 51. El visitante Vinicio Alpízar levanta centro directo al pecho de Cristian Aguilar, quien con categoría bajó la pelota y remató por bajo para vencer a Kurt Kelly.
Carlos Vivó, quien se encargaba de la manija local, bajó los brazos y con ello el espíritu ofensivo de su equipo quedó en el olvido.
Las ínfulas guadalupanas se enfriaron con la ventisca que entraba y salía del Ricardo Saprissa. El frío de la tarde congeló los arrestos de los pupilos de Toribio Rojas y el ocaso encontró a los actores con la paridad, que se partió con el triunfo del punto adicional por parte de Goicoechea.