
Zaragoza. EFE. Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina fundieron el viernes su genio para convertir en una fiesta su debut en Zaragoza como Dos pájaros de un tiro , su primera gira conjunta internacional que los llevará, por numerosas ciudades españolas y latinoamericanas.
Con quince minutos de retraso, Sabina y Serrat salieron al escenario después de un “intento” de alterar al público cuando el periodista Iñaki Gabilondo alertó desde dos pantallas de que quizá se suspendería la actuación por el delicado estado de salud de los cantantes.
Sin embargo, salieron exultantes y tras fundir en una canción Hoy puede ser un gran día y Ocupen su localidad , Serrat dedicó el concierto a los tres mecánicos fallecidos en el desmontaje del escenario de los Rolling Stones en Madrid y envió su cariño a su familias.
Después de que Sabina, el benjamín de la pareja de “deshecho” abandonara el escenario, y de que Serrat interpretara un par de canciones en solitario, “revueltos” recuperaron el pulso del público, al que arrancaron los primeros coros con Y sin embargo, de Sabina, y Tú nombre me sabe a yerba y No hago otra cosa que pensar en ti , del Noi del poble sec.
Bromistas. Ya solo en el escenario, Sabina, con su inseparable sombrero bombín, dedicó una canción a su primo el “nano”, que acompañaban en varias pantallas fotos de un infante Serrat, quien bromeó con el estado de su compañero de viaje, porque está algo “jodido” y quizá hoy fuera la última oportunidad de verlo en concierto y pidió a quien tuviera la suerte de “echar un casquete” y que este fructificara que le pusieran “Joaquina, que le hacía ilusión”.
Sabina replicó a Serrat cantando una de sus canciones más conocidas, Señora , además de sus temas Princesa y Peces de ciudad , y sacando fotos de quienes estaban más cerca del escenario, para demostrar que Serrat tiene público.
La interpretación de El muerto vivo , de Peret, la única canción que incluyeron ajena a su repertorio, fue toda una declaración de intenciones para demostrar, con total compenetración, que no están muertos. Juntos, acompañados por tres guitarras y por Paqui Sánchez y Marcela Ferrari, en los coros, cantaron en el centro del escenario Aquellas pequeñas cosas y Ruido .
Tras levantar al público con sus canciones más conocidas, como Noche de boda y 19 días y 500 noches , de Sabina, y Mediterráneo y Penélope , de Serrat, trataron de concluir su actuación después de dos horas y media, pero no pudieron siquiera abandonar el escenario, donde interpretaron juntos Lucía, La del pirata cojo –ataviados con una casaca de flores amarillas– y Que se llama soledad.