Sebastián Castro es inquieto por naturaleza. Esta característica, más su sentido de determinación, se han convertido en cualidades que le han abierto tantas puertas como las que se ha propuesto tocar a sus 23 años.
Esa misma inquietud, aunada a su audacia y a que los astros –o la suerte– se le han alineado en momentos determinantes, le permitieron a Sebastián vivir por un tiempo en una tienda de campaña en un campus universitario como parte de un operativo destinado a recaudar fondos para los damnificados del terremoto de Cinchona.
O bien, a codearse con Jimmy Carter en una pasantía en el Centro Carter, en el 2008, organismo creado y liderado por el trigésimo noveno presidente estadounidense (1977-1981) y Premio Nobel de la Paz en el año 2002.
Este joven, oriundo de Tres Ríos (La Unión, Cartago) tampoco tuvo reparos en lanzarse en paracaídas, caminar con leones, construir casas y dormir en el desierto en África. También aplicó con buen tino para trabajar con la FIFA como asistente de prensa en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde se rozó con renombrados periodistas y terminó convertido en traductor.
Y la lista de sueños hechos realidad es extensa para este hijo único del matrimonio conformado por Federico Castro y Vivian Sasso, quienes –según contó este trotamundos– lo han impulsado a perseguir sus sueños, a no guardarlos en el baúl de los deseos, donde el tiempo los esfuma en el olvido.
El carácter intrépido de este liguista y amante de los deportes extremos fue valorado en CNN en Español gracias a un video casero que él mismo grabó sobre su estadía de varios días en medio de Emory University, en Atlanta, Georgia, donde estudiaba relaciones internacionales.
Allí, entre cientos de estudiantes y soportando el frío del invierno estadounidense, Castro y dos costarricenses más decidieron emular las condiciones de vida de los damnificados del sismo que, en enero del 2009, borró del mapa al colorido poblado de Cinchona de Sarapiquí y arrancó la vida de más de 40 personas.
Su propósito era recaudar la mayor cantidad de dinero para levantar cuantas casas fueran posibles. Gracias a esta iniciativa, Castro y sus amigos recaudaron $2.800, lo cual permitió levantar tres casas temporales a través de la ONG denominada Un techo para mi país.
Glenda Umaña –quien tiene cerca de tres lustros trabajando en la gigante cadena de noticias– vio el video y le sugirió aplicar por una pasantía. El productor Boris Trucco lo contactó para decirle que su nombre estaba siendo seriamente valorado: cuarenta y ocho horas después de esa llamada, CNN en Español le informó de su selección.
Claro, se trataba de un quehacer temporal pero Sebastián tenía claro que no bastaban un video casero y conocimiento en relaciones internacionales. Necesitaría mucho temple, más determinación y elevadas dosis de paciencia, cualidad que ha logrado labrar en medio de su inquietud.
Él se propuso demostrar la madera de que la estaba hecho. Fue así como se metió de lleno a aprender: primero a escribir y luego a absorber todo el conocimiento de sus tutores. “Yo era un metiche. Me metía más de la cuenta, porque tenía mucha sed de aprender, pero aprender bien, porque no había espacio para los errores en un medio del calibre de CNN”, contó. Fue así como Sebastián se convirtió en la sombra de Alberto Padilla, quien otrora fuera el rostro de la sección de Economía y Finanzas de CNN en Español.
Su determinación por granjearse un lugar en esa cadena, con sede en Atlanta, lo llevó a renunciar a la Asociación Latinoamericana de Ayuda Legal a Latinos en Condición Ilegal, donde prestaba asesoría a decenas de personas que no querían dejar el llamado “sueño americano”, a pesar de su condición migratoria. A pesar de sus esfuerzos por quedarse en la cadena, Sebastián terminó su pasantía sin buenas noticias.
Lejos de echarse a llorar, este veinteañero decidió viajar al llamado Continente Negro, aunque tenía claro que lo recorrería de manera poco convencional. En Zimbabue (en el extremo sureste de África) tomó un bus hasta Ciudad del Cabo (en Sudáfrica), donde trabajaría con el órgano rector del futbol en el mundo.
Una vez allí alquiló un carro (un vocho, para ser exactos) modelo 69 y, junto con sus amigos, lo pintaron con la bandera de Costa Rica. Desde aquellas tierras, Castro Sasso decidió, por iniciativa propia, enviar reportes en video a CNN contando sus experiencias desde una óptica poco explorada en el periodismo televisivo.
“Después del Mundial nos fuimos a Namibia (país limítrofe con Sudáfrica) a levantar casas y hacer pozos de agua. No nos bañábamos y dormíamos en la arena, comíamos animales. Eso realmente sensibiliza mucho y te da una enorme satisfacción por la labor social”, relató. También en esas cálidas tierras él realizó un safari a pie con leones y se lanzó en paracaídas.
Entretanto, a más de 12.000 kilómetros de distancia, en la sede de la cadena de noticias de 24 horas, analizaron los videos que envió Sebastián. Matt Vigil, productor senior de proyectos especiales de la cadena, llamó al costarricense para que se integrara a las filas de la reconocida empresa de noticias. Fue así como Sebastián tomó el enorme reto de darle voz y personalidad al espacio
A la fecha, Sebastián ha realizado y presentado a toda la región Latinoamericana y a los hispanos en Estados Unidos más de 60 reportajes, de temáticas y acentos geográficos muy variados.
Hay relatos en video y hasta en teléfono celular de experiencias sencillas, del día a día de lugareños en el bajo de los Anonos, en Escazú, pero también de aquellas donde la emoción se junta con la maravilla durante el avistamiento de ballenas en Bahía Drake, al sur de Costa Rica. Otras experiencias que han curtido la personalidad de Sebastián son sus vivencias en diferentes países de Suramérica, en especial en Argentina, donde radicó durante tres meses por encargo de CNN en Español.
“Los costarricenses tenemos que creernos de lo que somos capaces de hacer. No tenemos que conformarnos con soñar, hay que dar ese paso extra. Claro que se pueden alcanzar las metas propuestas y hay que superar esa limitación autoimpuesta de decir: ‘Está bueno para ser tico’”, concluyó el rostro de
El tico inquieto amasa un nuevo proyecto laboral –que sería paralelo a IReport– de la mano de Boris Trucco, Daniel Viotto y su mentor Alberto Padilla. Estos dos últimos dejaron la cadena de noticias tiempo atrás para dedicarse a proyectos personales, entre ellos la empresa T02 Network.
Sebastián no quiso ampliar detalles de esta nueva apuesta cibernética, pero adelantó que es innovadora y muy fresca. “Ellos me presentaron el proyecto y yo encantado. Son realmente buenos en lo que hacen y no dudo de que seguiré aprendiendo. Todo lo bueno hay que absorberlo como esponja”, puntualizó.